Ceci Flores, líder de las madres buscadoras de Sonora subió a sus redes un mensaje pidiendo permiso a los cárteles para que les dejaran buscar a sus muertos. La periodista Almudena Barragán del diario El País refiere que este mismo recado fue enviado a varios grupos criminales incluido el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Cuando le preguntaron al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre esta intrigante comunicación, el mandatario respondió que veía con buenos ojos todo aquello que pudiera traer paz.
Lo que nadie imaginó entonces es que una de esas empresas criminales respondería con una trampa al comunicado de las madres buscadoras. Una de esas mujeres, integrante de un colectivo radicado en Jalisco,habría presuntamente recibido información anónima en la que se indicaba un lugar preciso, en la colonia Larios del municipio de Tlajomulco, dónde podría encontrar restos humanos.
La Fiscalía General del Estado envió un convoy con personas funcionarias públicas, pertenecientes a distintas dependencias, para corroborar la veracidad de la información. En lugar de restos humanos ese operativo se encontró con una trampa. La información entregada condujo a un cementerio de minas que estalló dejando seis víctimas letales y doce heridas.
El gobierno local asegura que la treta fue diseñada contra las autoridades, pero también pudo haber sido pensada para asesinar a las madres que están buscando a sus hijos.
Tiene razón el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, cuando dice que nunca se había visto algo parecido. El martes por la noche la violencia de las empresas criminales mexicanas ascendió un peldaño más en dirección a su envilecimiento.
Ofrecer restos de seres queridos como carnada para el asesinato debe inscribirse entre los actos más miserables.
Alfaro informó ayer que a partir de este hecho se suspenden las búsquedas en la entidad que más personas desaparecidas aporta al país. Es una medida preventiva, pero al mismo tiempo tremendamente ingrata para quienes tienen todavía la esperanza de poder enterrar a sus hijos.
Zoom: Pablo Escobar en Colombia utilizó trampas similares para matar a sus enemigos. Su crueldad inauguró otras crueldades que hoy le imitan y trascienden. Desde aquí un abrazo solidario para todas las madres buscadoras del país y también para las madres de las últimas víctimas de Tlajomulco.
