Desde que comenzó la contienda electoral de 2022 los partidos de oposición sabían que la iban a tener difícil. Contra ellos pesaba una corriente nacional de opinión muy favorable hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, más complicadas se fueron poniendo las cosas conforme quedó claro que la estrategia de Morena era devorar lo que quedaba del PRI.
En Tamaulipas e Hidalgo la coalición oficialista presentó candidatos veteranos de la política cuyo desprendimiento del PRI es reciente. En la primera entidad concurrió Américo Villarreal, hijo de un ex gobernador priista y él mismo militante de ese partido hasta 2017. Su perfil político consiguió arrancar votos que originalmente eran patrimonio de la oposición para amalgamarlos con las corrientes morenistas.
En el caso de Hidalgo, el candidato triunfador fue Julio Menchaca, quien renunció al PRI en 2015 y participó en estos comicios como abanderado de Morena y sus aliados. Con él, recién migraron al oficialismo bases electorales que desde siempre habían sido priistas.
En el caso de Oaxaca, aunque el triunfador, Salomón Jara, nunca fue del PRI es difícil negar que el actual gobernador priista, Alejandro Murat, prefirió al candidato de la oposición. La fractura que tal cosa provocó en la estructura priista oaxaqueña es relevante para explicar los resultados.
Durango entra en esta ecuación gracias al triunfo del priista Esteban Villegas, quien con más de 50 por ciento de los votos se alzó con el triunfo. Este es el único caso donde las bases priistas encumbraron a un priista. Fue, en efecto, la excepción a la regla.
Aguascalientes y Quintana Roo exhibieron ayer una lógica electoral que necesitaría analizarse en extenso y en otro momento. Poseen sociologías electorales cuyo comportamiento contrasta con las otras entidades que participaron ayer en los comicios.
En cualquier caso, el día de ayer el PRI hizo la diferencia, pero esta vez mayoritariamente en contra del PRI. A excepción de Durango, las bases priistas salieron a votar por sus candidatos y dirigentes, que en fecha cercana se subieron al lopezobradorismo.
Zoom: La estrategia fue simple. Todo el amor y todo el dinero a las bases priistas, todo el rencor y el rechazo a los dirigentes del PRI.
Funcionó bien.
Ricardo Raphael
@ricardomraphael