Política

El Coloso que camina hacia el pasado

“Así aquel vil tirano … al tiempo de estampar el pie inhumano …, devoraba … con ojos llenos de perfidia y saña”.

Profecía del Pirineo

Juan. Bautista de Arriaza

Acaso lo más intrigante en el cuadro sea el gigante que marcha hacia atrás, mientras el pueblo huye hacia delante. El Coloso va desnudo, tiene los ojos cerrados, lleva el puño levantado y avanza a contraflujo de las hordas inocentes que Francisco Goya pintó huyendo de la invasión extranjera.

El artista se inspiró en Profecía del Pirineo, un texto poético de Juan Bautista de Arriaza, publicado en 1808, cuando las tropas napoleónicas humillaron la dignidad del pueblo español.

En efecto, resulta peculiar que el Coloso tome camino hacia el pasado, como si al emprender el recorrido en reversa fuese capaz de modificar la historia. Este gigante hace lo que nadie pudo hacer cuando se debía: endereza su fuerza contra las tropas de Napoleón, se les opone, las diezma y las arroja del otro lado de los Pirineos.

No es plebeyo ni patricio, tampoco es mesiánico o catastrófico, no es inspirador, ni adivinatorio, no ofrece esperanza ni vaticinio, su único propósito es proporcionar justicia para un ayer que fue injusto.

Es un profeta fuera de su tiempo y su talento es reinterpretar lo ocurrido. Creerá que solo en el ayer se encuentra el origen de la tragedia y por eso su mente revive, como en un filme infinito, la zaga de los abuelos ultrajados.

Toda su filosofía se alimenta de las guerras anteriores. Por ello se ha impuesto como misión alzarse contra lo que fue, aún si con ello renuncia a vivir lo que es o será. Estará convencido de que su criterio no requiere actualización, ni consideración respecto de cuestiones nuevas.

El profeta asume que sus ideas son superiores a cualquier otra idea, ley o tratado. Su credo proviene de una ideología severa que no permite conversación alterna. No importa que desde aquella huida descrita por Goya hayan transcurrido más de cien años, aun así, el profeta no cede ni concede. Quien se atreva a proponer dilemas distintos será acusado de distraer con invenciones malintencionadas.

Este profeta no tiene, (ni pretende tener), una sola idea que sirva para iluminar el porvenir. Está demasiado ocupado en lo que fue como para esmerarse en aprender o comprender algo nuevo. 

El espíritu de los invasores continúa vivo porque valora a sus herederos como igualmente malvados. Son ellos los responsables de aquella tribulación sufrida y de todas las que aún ocurren.

El profeta no tiene duda respecto a la verdad que se ha fabricado. En este punto también es intransigente: quien se atreva a traicionar esa verdad, lo hará con la patria, la soberanía, la bandera, la historia y la identidad colectiva.

El Coloso define quién honra y quién da la espalda; él valida, él encarta y descarta.

El profeta no entiende, ni necesita entender, quien se oponga a su prédica será falso, hipócrita, mentiroso y corrupto. Es un asunto de principios innegociables y también de la valentía que se tenga para defenderlos.

El profeta se mofa de aquellas personas que desatienden su visión de las cosas, se burla de quienes desconocen la dignidad de su puño alzado y minimiza a los individuos que desconfían de su fe.

Fustiga sin piedad los que se rindieron y acusa con cuchillo en flamas a quienes, según su criterio, continúan rendidos; los llama conservadores, sumisos y vendidos.

Este cuadro de Goya, que es de 1808, podría también haber sido pintado en 2022. El Coloso que, a contracorriente, levanta el puño, cierra los ojos y va cargado de convicción, mientras el resto intenta sobrevivir sin rumbo, sin futuro, sin visión, sin esperanza.

Goya narró con maestría una escena de demagogia política. Describió al gigante vanidoso que da la espalda a la tragedia masiva, no tanto porque sea capaz de arrojar al enemigo hacia el otro lado de las montañas, sino porque esa geografía sirve como pretexto para justificar los males que ha sido incapaz de conjurar, así como los desafíos que no ha querido atender.

Lo dicho desde el principio: lo más intrigante en el cuadro de Goya es que el gigante marche hacia atrás cuando el pueblo huye atribulado hacia delante. 

@ricardomraphael

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Ricardo Raphael
  • Ricardo Raphael
  • Es columnista en el Milenio Diario, y otros medios nacionales e internacionales, Es autor, entre otros textos, de la novela Hijo de la Guerra, de los ensayos La institución ciudadana y Mirreynato, de la biografía periodística Los Socios de Elba Esther, de la crónica de viaje El Otro México y del manual de investigación Periodismo Urgente. / Escribe todos los lunes, jueves y sábado su columna Política zoom
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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