Si invitó a Estela de Carlotto a la mañanera, ¿por qué no hacerlo también con las madres buscadoras mexicanas?
Esa mujer de 92 años es el emblema vivo de una larguísima jornada que comenzó en Argentina y ha aportado, durante más de cuatro décadas, inspiración para el resto de Latinoamérica.
No sería justo escatimar ni un milímetro de reconocimiento a ese ser formidable. Sin embargo, el viernes pasado se produjo un momento de disonancia cognitiva, cuando en la misma mañanera no se dijo ni una sola palabra sobre la lucha que las madres buscadoras llevan dando en nuestro país durante más de quince años.
Mientras el mandatario sonreía entre contento y conmovido, De Carlotto agradeció a México y al presidente Andrés Manuel López Obrador por su hermandad. Si algo así hubiese sucedido en Islandia o en Dinamarca, donde la tragedia de la desaparición prácticamente no existe, nada en esa representación habría sido disonante.
Pero en México hay más de cien mil personas desaparecidas y cerca de cincuenta mil cuerpos o restos de cuerpos que no han podido identificarse. Tanto o más angustiante es saber que esta tragedia no ha sido aún contenida.
En rebelión frente al borramiento, el mismo viernes voces representativas de los colectivos nacionales de madres buscadoras enviaron un mensaje al Presidente para pedirle que a ellas también les preste su micrófono. Con respeto, pero sin concesión, aprovecharon también para insistir con que no se sienten respaldadas por el gobierno que él encabeza.
¿Quién, a parte del mandatario, tiene derecho al uso de la voz durante las mañaneras? Hay discriminación cuando en ese espacio, donde se definen prioridades y jerarquías, así como voces y liderazgos, sea arbitraria la elección de las personas consideradas para subir a la tribuna.
Un día antes de que la madre argentina tomara la palabra, el Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada pidió al Estado mexicano que protegiera a quienes se hallan en la búsqueda de sus seres queridos.
Zoom: Que el Presidente diera voz a las madres mexicanas, igual que lo hizo con Estela de Carlotto, sería un gran mensaje de protección y también de respaldo.