Negocios

¿Dónde dejamos la integridad?

Hacerse de la vista gorda. Esa es la expresión que me invadió cuando leí que en el mundo 38 por ciento de las personas está dispuesta a realizar al menos una actividad no ética si esto les permitiera progresar en su carrera o lograr una compensación económica. Este porcentaje se eleva a 41 por ciento en México, según la Encuesta Global de Integridad 2024 de EY.

“Mientras más desafiantes sean los tiempos, más importante es actuar con integridad”, escribe Andrew Gordon, líder global de Servicios Forenses e Integridad en EY. “En el actual entorno, actuar con integridad es vital para generar confianza entre colaboradores, clientes, proveedores e inversionistas”. No obstante, vamos en sentido contrario, pues el número de personas dispuestas a realizar una actividad no ética es mayor que hace dos años, muestra EY. ¿Nos importa menos la honradez y la rectitud?, ¿optamos por olvidar los impactos que esto tendrá a largo plazo?

“Hacer negocios con integridad permite terminar con los círculos viciosos de la corrupción, acceder a las cadenas de suministro de las grandes empresas, mejorar la reputación de la empresa y llegar a mercados globales”, explica el Imco en su Guía Rápida de Integridad Empresarial.

No solo se trata de la ética, se trata del negocio y su éxito. La corrupción cuesta alrededor de 5 por ciento del producto interno bruto (PIB) en el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, el fraude corporativo destruye alrededor de 1.6 por ciento del valor accionario de una empresa al año, muestra “How pervasive is corporate fraud?”, del Centro de Estudios de la Economía y el Estado George J. Stigler.

Si queremos empresas éticas, que trabajen con integridad y puedan crecer y ser exitosas, hay que poner bajo la lupa a los líderes. La mala conducta de los colaboradores, señala EY, está directamente relacionada con cómo se comportan los líderes.

Vea este dato, querido lector, querida lectora: 25 por ciento de los trabajadores dice que se comporta de forma poco ética en su propio beneficio, pero el porcentaje sube a 51 por ciento en los puestos senior y a 67 por ciento en los miembros de la junta directiva, según EY. Entre más responsabilidad, menor la integridad. Por eso, la combinación letal es tener líderes que hablan de integridad, pero no la reflejan en sus comportamientos.

“En los negocios, la confianza y la integridad son los pilares que sostienen la reputación de una organización y construyen certidumbre. Ignorar los valores éticos no es solo un error de juicio, es una apuesta en contra del activo más valioso de la organización”, escribe Gordon de forma contundente.

El líder que no sea íntegro permea en los colaboradores y la empresa pierde. Hacernos de la vista gorda es un riesgo enorme, si no prestamos atención a la integridad en las empresas y las personas, pronto será muy tarde.


Google news logo
Síguenos en
Regina Reyes-Heroles C.
  • Regina Reyes-Heroles C.
  • regina.reyesheroles@milenio.com
  • Periodista. Autora del libro Vivir como reina y gastar como plebeya. Conductora de Milenio Negocios, programa semanal de entrevistas con directivos y personajes clave en el mundo económico. Publica su columna sobre finanzas personales todos los jueves. Mamá de dos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.