Hay que destacar los triunfos que elevan el honor de una competición y, en consecuencia y en este caso, del futbol. Me refiero a la incuestionable eliminación del poderoso Inter Miami, en manos del modesto Vancouver Whitecaps.
Nada pudo impedir que el club canadiense dejara fuera, en una de las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf, al favorito de la mercadotecnia en tiempos en los que el dinero es el rey en este deporte.
El Inter Miami con los veteranos Lionel Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets, Jordi Alba, Óscar Ustari, dirigidos por Javier Mascherano, contra todo pronóstico, no estará en la Final. El otro contendiente saldrá del duelo entre el Cruz Azul y los Tigres la noche de este jueves en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria.
No hubo decisiones injustas o absurdas de los árbitros en contra del Vancouver en ninguno de los dos partidos. Lo que todos vimos fue a un equipo muy superior a su adversario en todo.
Así que no se vivirá la Final “soñada”, ni se romperá récord de audiencia ni de recaudación vía patrocinios. Pero sí se registrará una Final protagonizada por un equipo que, además, va también de puntero en la MLS. Contra uno de la Liga Mx que estará peleando en los próximos días por el título en la Liguilla.
No solo el gran nivel del plantel canadiense explica su pase a la Final, también lo desequilibrado de sus fuerzas. Con un Lionel Messi todavía marcando diferencias a la ofensiva, resulta inexplicable que no se refuercen con la misma calidad en la defensa. Anoche quedaron evidenciados atrás. Pudieron recibir más que los tres goles que se comieron.
Y así se perfilan para ir a competir al Mundial de Clubes que se jugará en junio, donde tendrá de rivales al Porto y al Palmeiras.
Vancouver viene muy fuerte y motivado. Ya eliminó en este torneo a Monterrey y a los Pumas. Se antoja, desde lo deportivo, esta Final de la Concachampions.