El viernes reciente se dio un debate entre regidores de Tampico. El motivo: la pretensión de poner orden en el uso de parques públicos de la ciudad, aunque el origen para dicha iniciativa es atender supuestas inconformidades de vecinos de la colonia Lomas de Rosales por el uso de personas ajenas al sector de lo que suponen es suyo o al menos tienen más derecho, como si eso fuera posible. La polémica alrededor del histórico parque de la colonia Lomas de Rosales, uno de los primeros en la ciudad en dimensión y multidisciplinario, no es nueva; al menos en la pasada administración municipal, encabezada por la maestra Peraza, se mencionó un proyecto de infraestructura que cambiaría de manera sustancial el espacio público.
Por entonces se habló de un anfiteatro para expresiones artísticas y otra infraestructura, más de ornato que para el esparcimiento y la ejercitación física, pero lo que acabaría con el diseño original del parque al eliminar área verde y hasta una cancha para baloncesto.
El viernes pasado el regidor Rodrigo Azcárraga lo dijo así: “(Deshabilitar el parque) Me parece preocupante(…) Darle al traste para acabar con el problema me parece desatinado”, opinó respecto al proyecto de reconfiguración pero sobre todo a que el interés de hacerlo obedece a la inconformidad de vecinos por el uso del espacio por gente de otros sectores.
La inconformidad añeja de esos colonos tuvo en el Cabildo porteño a la regidora Esther Gorordo el medio para expresarla. “El problemas principal es el abuso del uso del lugar. Crean un problema urbano”, dijo la también empresaria.
El regidor Rolando Ramírez Monroy, por su parte, insistió: “Es urgente reglamentar el uso de los parques(…) para que no se moleste a los vecinos”, y aseguró que la problemática en Lomas de Rosales es también en otras colonias que tienen un espacio público.
Buscar hacer un reglamento es válido si lo que se busca es su conservación para siempre estar disponible para quienes fue realizado: la gente.
Pero expresiones como que es utilizado por gente que ni es de ahí, en el caso de Lomas de Rosales, son demasiado clasistas, hasta intolerantes. _