Cultura

Ese eterno olvido

Existe un libro conocido como el Lie Zi, que es el menos conocido de los tres clásicos del Taoísmo (o Daoísmo). En un pasaje de ese libro encontramos el retrato de un viejo que hoy describiríamos como un paciente con Alzheimer: ha perdido por completo la memoria y su sentido de ser. Cuando al fin alguien logra sanarle, el viejo se enfada y reclama que le hayan sacado de la paz de ese eterno olvido.

De manera similar, la conocida canción de Chabuca Granda Ese arar en el mar, presenta el olvido bajo la misma idealización: “Cuando ya se me olvide, habré olvidado. Viviré adormecida, liberada. No ansiaré más respuestas, pues no habré preguntado; no habré de perdonar, ni habré ofendido”.

Es verdad que olvidar libera, ya lo decía Nietzsche: el olvido no es algo pasivo ni negativo, es una fuerza activa y positiva, que crea espacio mental y emocional para nuevas experiencias. Lo mismo dirá el budismo en sus cientos de vertientes: soltar, olvidar, es fundamental para habitar el presente.

Pero cuando el olvido es total, esto es, cuando se debe a un estado mental propio de la senilidad o de un Alzheimer avanzado, el olvido no tiene nada digno de idealizarse. El padre, uno de los últimos filmes de Anthony Hopkins, revela con un poco de más realismo el horror de ese olvido. En ese mismo sentido, Iris, otra obra maestra en la que Judi Dench interpreta la vida de la filósofa y escritora Iris Murdoch, deja bastante más en claro lo que es vivir en ese olvido. Quien vea la película (o quien lea la novela de John Bayley en la cual se basa) temerá, inevitablemente, la llegada de ese olvido debido a la senilidad o la enfermedad.

¿Qué hacer? La única salida hoy por hoy, es estudiar opciones para dejar una voluntad anticipada clara. No se vale dejarle a los hijos o a la parentela semejante carga, semejante decisión. En ese sentido, es una desgracia que en nuestro país la legalización de la eutanasia continúe sin progreso alguno. Y es también una vergüenza, porque sabemos bien que este atraso se debe al poder del clero católico. Un país en donde la separación de la Iglesia y el Estado es la base, no ha podido avanzar en el establecimiento de un derecho tan básico, como lo es el de decir: “así no quiero vivir”.

Con todo, existen médicos dignos, respetuosos, a los que les podemos encargar ese pequeño detalle: “así no quiero vivir”. Hagamos pues, nuestra voluntad anticipada; no seamos víctimas de la estupidez ajena.

Expresemos por adelantado, cómo queremos y cómo no queremos vivir.


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Paulina Rivero Weber
  • Paulina Rivero Weber
  • paulinagrw@yahoo.com
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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