En el Día Internacional de la Mujer resalto mi luto por el incremento en la violencia hacia nosotras como resultado de nuestro aislamiento durante la pandemia. En el Women Economic Forum le dedicamos este capítulo al análisis del “nuevo orden”, la “nueva normalidad” y los elementos que debe contener en torno al rol de la mujer y su fortalecimiento.
Pienso que este nuevo orden debe incluir iniciativas globales lideradas por hombres, dedicadas a la formación de conciencia de su género alrededor de este complejo fenómeno arraigado en la psique de muchos hombres. Es mi experiencia que esta visión de muchos de que las mujeres somos inferiores es la que provoca la violencia emocional y física en contra de nosotras. Porque esta suposición hace que nuestras opiniones ni siquiera sean analizadas y consideradas, que por lo tanto justifican respuestas agresivas, cortantes y violentas.
Otro fenómeno que he presenciado es el elefante en la sala del llamado “pacto patriarcal”, implícito en las decisiones colectivas masculinas de reacción en nuestra integración a la sociedad en condiciones de equidad. Las cuotas de género, que muchas veces en la realidad no las hacen efectivas por los pactos patriarcales implícitos que impiden que las mujeres realmente las ejerzamos, son un ejemplo.
El nuevo orden debe incluir políticas educativas hacia los padres para empoderarnos y promover nuestro respeto por parte de nuestros hermanos desde que nacemos. Los roles discriminatorios comienzan desde ahí. Las creencias que rigen nuestras inseguridades femeninas tienen desde ahí sus raíces. Las herencias patrimoniales a menudo favorecen a los hombres porque son los encargados de “cuidarnos”, cuando en realidad generan dependencia económica que propicia el maltrato.
Nuestra independencia económica, cuya ausencia es el origen de actos de abuso en nuestra contra, debe ser estimulada por políticas públicas que garanticen que podemos acceder al mercado laboral, con sistemas de seguridad social que aseguren el cuidado de nuestros hijos.
Pero también nuestra natural fragilidad física en relación con la masculina facilita nuestra victimización. El nuevo orden debe castigar de manera especial el maltrato y violencia física de que somos objeto.
Patricia Armendáriz
@PatyArmendariz