En el Congreso local no necesariamente utilizaron el término de austeridad al referirse a la aprobación de la Ley de Ingresos por más de 119 mil mdp con aportaciones federales, participaciones, aprovechamientos, productos e ingresos propios.
Sí hablaron de “apretarse el cinturón” en las finanzas estatales para no aplicar nuevos impuestos ni tasas por encima del índice inflacionario.
Lo más que le cargan a los contribuyentes son gravámenes por debajo de 8 por ciento en los servicios, para aportar con 10 por ciento más de los ingresos a la Hacienda estatal.
Pero al referirse a los números duros, solo de impuestos pretende obtener 6 mil 112 millones 659 mil 519 pesos.Además, 2 mil 579 millones 838 mil 595 pesos de derechos; más de 51 millones de productos y 212 millones 957 mil 334 pesos de aprovechamientos.
En tanto, de participaciones, aportaciones, convenios, incentivos derivados de la colaboración fiscal y fondos distintos de aportaciones contempla percibir 110 mil 243 millones 193 mil 71 pesos.
Para el 2022 el gobierno estatal proyectó recaudar 104 mil 94 millones de pesos, de los cuales 5 mil 560 millones 249 mil 195 pesos son de impuestos.
Otros 2 mil 339 millones 235 mil 978 pesos de derechos; 43 millones 595 mil 702 pesos de productos; 213 millones 955 mil 917 pesos de aprovechamientos; 43 mil 518 millones 777 mil 539 pesos de participaciones.
Todo indica que el ejercicio fiscal 2023 será muy conservador, sin mayor sobresalto en los márgenes de recaudación y ejercicio presupuestal, que más allá de los gastos programados, no se anunciaron grandes obras en infraestructura para el estado.
Será el rubro de Educación el que en 2023 tenga más recursos con 35 mil 907.5 millones de pesos; para Seguridad Pública serán 4 mil 85 millones de pesos y a Salud se le etiquetaron 12 mil 923.5 millones de pesos.
Para el Campo serán mil 400 millones de pesos. El Poder Judicial contará con un presupuesto de más de mil 450 millones de pesos a diferencia de este año que fueron 900 millones, lo cual se debe a las reformas y leyes secundarias.
Todo indica que se trata de un presupuesto de gasto manejable con finanzas públicas sanas y suficientes para que los Poderes del Estado pueda realizar sus actividades programadas, sin sobresaltos.
Pablo Ruiz
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