La presencia de úlcera en los pies del enfermo con diabetes, incrementa la posibilidad de amputación, en comparación con aquellos pacientes sin diabetes o sin úlceras.
Las medidas adoptadas por el paciente en el autocuidado han demostrado reducir la frecuencia de úlceras en los pies por diabetes (UPD).
Además disminuye mucho el costo y la morbimortalidad del enfermo.
La autovigilancia se debe de realizar diariamente; en algunos casos en donde la obesidad, o la pérdida de la visión impidan la exploración, entonces podrá hacerlo algún familiar.
Se debe estar atento a la presencia de callosidades y deformidades en el pie, en ocasiones los dedos se flexionan y se “montan” uno arriba del otro, eso produce inicialmente callosidad, pero después al estar presionando con el zapato producirá una úlcera.
El calzado debe ser cómodo, que no apriete los dedos del pie; debe de evitar andar descalzo; y cuidar sus uñas, que no tengan hongos, ni estén encarnadas; si es así, acuda con un profesional.
En el paciente diabético, aproximadamente el 30 a 40% desarrollan una úlcera en los pies durante su vida; el mismo antecedente de haber sufrido una úlcera en el pasado ya incrementa el riesgo de aparición de otra úlcera.
Los pacientes que ya han sido amputados de una extremidad o que padecen de insuficiencia renal y diálisis tienen un riesgo muy alto de úlceras.
En fin, es recomendable avisar a su médico de la aparición de ampollas, fisuras, aumento de la temperatura; y sobre todo si el paciente ya no siente la planta de los pies, o tiene hormigueo o piquetitos; vaya a revisión con su médico, porque son datos que anteceden a la aparición de lesiones ulcerosas.
Estas medidas son una garantía que reducen mucho la probabilidad de amputación.
Son fáciles y baratas; la clave está en la autovigilancia diaria, pero pocos pacientes la ponen en práctica.
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