La aparición de un dolor de cabeza muy intenso, más fuerte que el dolor de cabeza común, acompañado de náusea o asco, mareo y fobia a la luz y los sonidos agudos es, quizá, el prototipo del dolor migrañoso.
La migraña afecta a cerca de 10 por ciento de la población durante su vida; los episodios son recurrentes, súbitos e inesperados generalmente.
Y algo muy importante: generan incapacidad, por tanto, las pérdidas económicas son altas.
Regularmente la migraña dura entre 4 horas y tres días, pero puede postrar a un paciente durante semanas.
Existe un mecanismo gatillo o detonante en muchos enfermos que unas horas o minutos después hace aparecer propiamente el dolor de cabeza intenso.
Este fenómeno se conoce como Aura; el paciente lo refiere como: aturdimiento, le molesta la luz, malestar o cólico abdominal, etc, etc; son innumerables los fenómenos de aura descritos por las afectados.
Tarde o temprano la “sien”, o parte temporal de la cabeza, empieza a “latir” se siente fácilmente el pulso temporal, y la mitad de la cara duele como si la estuvieran martillando a cada latido, cefalea pulsátil.
Es en ese momento en que el paciente llama a su médico rogando y exigiendo que le ¡“corte la cabeza”!
Tratamientos han existido muchos desde hace miles de años; ninguno garantiza la desaparición del dolor de cabeza: Hielo local, reposo, habitación oscura, dormir, sedantes, analgésicos, otros moduladores de inflamación como triptanos, pero los efectos colaterales pueden hacerse presentes, el uso de botox y laser local o terapia neural también podría servir.
Y es que se conoce que la cascada inflamatoria y rutas del dolor están activadas, pero no conocemos cómo se activa o por qué.
El diagnóstico de la migraña es totalmente clínico, no requiere de estudios especiales como tomografías o electroencefalogramas, salvo para diferenciar o descartar otro tipo de problemas como los tumores.
Dos cosas sorprendentes respecto a la migraña: Uno, a pesar del dolor de cabeza tan intenso, nadie se ha muerto por migraña. Y dos, el cerebro o tejido cerebral propiamente dicho ¡No Duele!.
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