Ha quedado claro que frente a una crisis simplemente dejar correr el tiempo no puede ser la apuesta para la resolución por generación espontánea, cansancio o caducidad, al contrario, su mal uso como factor en una negociación puede descomponer los escenarios, ya que además manda mensajes por la forma en que se usa, sobre el aprecio, dominio o respeto que se tienen por el interlocutor.
La noche del domingo acordó el consejo universitario de la UAEMéx posponer la auscultación cuantitativa, así como la designación de una nueva rectora y abrió la puerta para que se nombre a un encargado de despacho, mientras procuran entablar diálogo con los estudiantes en paro, para resolver sus inquietudes y poder culminar el proceso de elección de la nueva rectoría, con la conformidad de la mayoría de la comunidad universitaria. ¡Ojalá se logre!
Los estudiantes inconformes tienen en sus manos la decisión para avanzar o no y se puede prever que los representantes de universidad apostarán por sensibilizarlos, toda vez que el Rector Barrera y la que se dijo fue su candidata, han quedado prácticamente fuera de posibilidades de intervención, de tal forma buscarían de invocar la sensatez de los inconformes, pero no tienen el control para manejar el tiempo y por ello deben pensar muy bien las ofertas de atención a las demandas, toda vez que el propio consejo se autoimpuso plazo límite al 31 de mayo y primero deben evitar que el encono se siga extendiendo.
Se supo que la tarde de este lunes consejeras y consejeros alumnos, representantes docentes, directivos e integrantes del gabinete de la Administración Central de UAEMéx, que forman parte de la Comisión Especial para el Diálogo, al edificio que hoy llaman “Casa del Estudiante” para establecer un acercamiento y comenzar con la instalación de mesas de trabajo que permita el desarrollo de acuerdos en beneficio de la comunidad; es un primer paso con el cual tratan de romper el escepticismo de los jóvenes, pero no será cosa sencilla, por ello deberán encontrar una forma de plantear y dar seguimiento a una agenda de trabajo donde el primer encargado de cumplirla será quien asuma la rectoría tanto de manera interina como para el período ordinario, eso va a condicionar sin duda la próxima gestión completa.
No se puede perder de vista que dentro de lo complejo panorama que este conflicto planteó, se deben buscar las oportunidades para generar avances y replanteamientos significativos a partir de los reclamos y la reflexión que se propició sobre la razón de ser de la universidad y la forma en que está cumpliendo con su papel por el presente y futuro de las personas que ahí se formen.
Esto deberá ser motivo de un dialogo profundo, abierto, plural y de acciones programáticas, alejadas de influencias partidistas, si realmente como dicen hoy todos los implicados, interesa la universidad para la ciudadanía. Ojalá lo veamos. Al tiempo.