Tras la reciente aparición de Daddy Yankee en su faceta de artista cristiano en los Premios Billboard de Música Latina 2025, se abrió la polémica en torno a la autenticidad de la conversión del puertorriqueño.
Esta es una pregunta que mucha gente hace también en la recuperación de adicciones o en los cambios y transformaciones de los seres humanos en algunas etapas de sus vidas
“Qué fácil después de una vida de desórdenes y de hacer daño, dejan de drogarse o de alcoholizarse, dicen que cambiaron y que ahora creen en Dios o en un Poder Superior”, son palabras similares que se expresan cuando no se cree en la recuperación o transformación de una persona, sobre todo cuando se guardan resentimientos hacia la misma.
También en el caso de quienes practican el programa de los 12 pasos de AA y similares, en ocasiones se les critica diciendo que les lavaron el cerebro para decir que Dios los salvó, pero que cuando recaen se olvidan de ese Poder Superior del que les adoctrinan en los grupos.
Como especialista en adicciones muchas veces los familiares me preguntan si de verdad la adicción puede superarse y el paciente puede cambiar.
Mi respuesta es que si no creyera en la capacidad de los seres humanos para cambiar y corregir, no tendría un consultorio para ayudarles.
También recuerdo que, cuando tuve mi propia recuperación, algunas amistades cercanas me preguntaban si me había hecho “aleluya” (cristiano).
La realidad es que, como dice el programa de los 12 pasos, tarde o temprano todos terminamos hablando de Dios y de un Poder Superior como cada quien lo defina y sin mediar una imposición de credo o religión alguna.
A lo largo de mi historia personal, por supuesto que puedo dar testimonio del Dios de segundas y terceras oportunidades que a través de la misericordia y amor siempre me dará una posibilidad de perdonar, de perdonarme y de ser perdonado, como escribí la semana pasada, con todos los cambios, liberación y conversión que ello significa.
Por eso creo que no solo Ramón Luis Ayala Rodríguez (antes Daddy Yankee) igual que todos los seres humanos, tenemos la oportunidad de transformarnos y encontrar un propósito de Dios en nuestras vidas.
A lo largo de más de 27 años he visto verdaderos milagros y cambio de personas a las que la sociedad y la familia ya habían desahuciado y no solo superaron su adicción, sino que se convirtieron en verdaderos ejemplos de vida.
“Decidimos poner nuestras vidas y nuestras voluntades al cuidado de Dios, como cada quien lo concibe”, dice el tercero de los 12 pasos de recuperación.