Los libros que se usan en los grupos de Alcohólicos Anónimos y en otros de 12 pasos, además de ser grandes textos para la recuperación de los pacientes, siempre he pensado que representan una gran forma de pensamiento y filosofía para cualquiera que los lea, aunque no padezca de alguna adicción.
“Mayores obras que estas, haréis”, decía la meditación de ayer en el libro 24 horas al día de Hazelden, al referirse a que todos los seres humanos tenemos mucha más capacidad de lograr triunfar cuando doblegamos nuestro ego y caminamos en el espíritu.
“Cada individuo tiene la capacidad de hacer buenas obras mediante el poder del espíritu de Dios”, dice el texto, “esta es la maravilla del mundo, el milagro de la tierra, que el poder de Dios sale para bendecir a la raza humana a través de tantas personas que son movidas por Su gracia. No necesitamos ser retenidos por la duda, la desconfianza y el temor. Un futuro maravilloso puede existir ante toda persona que confíe en el poder de Dios”.
¿Resuenan esas palabras? Me hizo recordar mi libro “Rendirse para triunfar”, coincidiendo en que cuando los seres humanos queremos tener el control de todo y hacer las cosas a nuestra manera, ¡no siempre salen como quisiéramos!
En cambio, cuando hacemos lo que nos corresponde a consciencia y nos desapegamos de los resultados, tenemos fe y confiamos en el proceso, lo que algunos llamarían actuar bajo la gracia o caminar en el espíritu, los resultados serán sorprendentes.
Y además, la fe es nuestra mejor aliada para vencer la duda, el temor y la inseguridad cuando va acompañada de las obras que nos corresponden.
La fe sin obras es letra muerta.
También me he topado con agnósticos o ateos que cuestionan esta parte espiritual de los libros de recuperación, pero al final ellos terminan concediendo que una mente positiva o una programación neurolingüística asertiva puede traer a su vida resultados asombrosos.
Llámenle Espíritu de Dios, gracia, mente triunfadora o como quieran, la realidad es que los seres humanos podemos tener resultados sobrenaturales cuando derrotamos nuestras propias limitantes y aceptamos que hay algo superior a nosotros.
