En el curso de mi desempeño como especialista en adicciones he podido conocer muchos de los miedos, inseguridades y objeciones que suelen poner los adictos y sus familiares para enfrentar su proceso de recuperación, incluyendo las recaídas.
Una de las cosas que llama mi atención es cuando alguien que tiene todo el deseo de recuperarse y salir adelante, lamentablemente resbala y cae, lo cual implica un cúmulo de emociones que no sabe afrontar y que en muchas ocasiones, si no pide ayuda a tiempo, lo condena a seguir consumiendo y destruyéndose.
Cuando existe consciencia de enfermedad, un paciente recaído entra en un estado de culpa y de vergüenza, lo cual lo puede llevar a seguir consumiendo, autoflagelándose y pensando que su caso no tiene solución.
Por ello muchas veces un paciente en recaída en lugar de pedir cita de inmediato con su terapeuta o de asistir a su grupo de 12 pasos a la brevedad, lleno de vergüenza se aleja pensando que será juzgado y lo “castigarán” moralmente, tomando la ruta equivocada de seguir en consumo.
También suelen huir de su familia o de su gente cercana, tratando de tapar, hasta donde les sea posible, su condición de recaído, para evitar conflictos en su círculo cercano.
Mientras tanto, los familiares, ante la sospecha de que quien padece la adicción ha vuelto a consumir, comienzan también su propia recaída, despertando su angustia, su preocupación y su deseo de controlar, iniciando así el circulo patológico adicto-codependiente.
Finalmente, dentro del consumo, independientemente de qué tan larga sea la recaída, suele llegarle al adicto (a) un rayo de luz o un momento de lucidez en el que a veces pide ayuda y tiene la posibilidad de reiniciar su tratamiento.
“Levántate y camina”, suelo decirles cuando llenos de pena piden cita una vez más, “nadie te va a juzgar, simplemente debes iniciar nuevamente y analizar lo que hayas podido aprender de esta recaída”.
Las recaídas son parte de la enfermedad, así que no debe “moralizarse” sino enfrentarse con consciencia a la brevedad posible.
¡Levántate y camina! Las veces que sea necesario, antes de que sea muy tarde.