“Si. La mayoría de los fumadores consumen tabaco habitualmente porque son adictos a la nicotina. La adicción se caracteriza por la búsqueda compulsiva y el consumo de la droga, aún a la luz de las consecuencias negativas para la salud”.
El anterior es el primer párrafo de un artículo publicado bajo el título “Adicción al tabaco-reporte de investigación. ¿La nicotina es adictiva?” en la página oficial del NIDA (National Institute on Drug Abuse), que es una autoridad en materia de adicciones en Estados Unidos y un referente para los que nos dedicamos a ello en todo el mundo.
En efecto, fumar cigarro causa adicción y la nicotina es una de las sustancias de mayor potencial adictivo, debido a su corto periodo de efecto placentero en el cerebro, lo que obliga a la persona a necesitar una nueva dosis más rápido que lo que consumiría alguna otra droga de largo impacto.
La adicción a la nicotina no es un vicio o un mal hábito, es una enfermedad y debe ser tratada profesionalmente. Normalmente los terapeutas que ignoran sobre adicciones, suelen decir que es un tema cognitivo conductual o de fuerza de voluntad, con lo cual poco ayudan a los pacientes a hacer consciencia de la enfermedad como lo haría cualquiera que tenga estudios especializados en dependencia a sustancias.
De igual forma que el alcoholismo y otras sustancias, uno de los métodos probados más eficaces es el programa de los 12 pasos y la asistencia a los grupos de “nicotina anónimos”, así como cambio de hábitos y reestructuración del estilo de vida, que puede acompañarse de terapia individual con un especialista en adicciones y en algunos casos asistencia psiquiátrica con apoyo farmacológico de sustitución para los periodos críticos del proceso de abstinencia.
Y como nadie estamos exentos de una adicción, aunque tengamos una cédula profesional de especialistas, a manera de testimonio comparto que yo desarrollé la adicción a la nicotina igual que otras conductas compulsivas y en alguna ocasión dejé de fumar hasta por cuatro años y debido a que yo tenía reservas de consumo, recaí hace y desde entonces he luchado contra la enfermedad, incluyendo la batalla que ahora llevo ganada en los últimos 17 meses sin nicotina. Este martes tuve un episodio de esos llamados de deseo imperioso de consumo y apliqué una de las herramientas infalibles: expresar el deseo para no hacerlo, además de contactar con la consciencia de mi enfermedad.
Si bien he tenido seis semanas llenas de estrés por diversos motivos, un cigarro no será suficiente y mil no bastarán para resolver los temas que tengo pendientes. Así que, si estás en esa situación, pide ayuda, no estás solo. _
Omar Cervantes
omarcervantesrodriguez.esp@gmail.com
