Sociedad

Fuego

  • Criando Consciencia
  • Fuego
  • Nadja Alicia Milena Ramírez Muñoz

En mi ciudad quemaron a una muchacha con gasolina. Hoy. En pleno 2024 y en pleno "primer mundo". Acá en el norte, cerca del vecino Estados Unidos. Acá en el norte, en La Laguna, un conjunto de ciudades ultra conservadoras. Acá en el norte, porque es importante decirlo, cuando la mayoría piensa que el norte conservador es más "avanzado" que el resto del país.

Pero no, lo retrógrada de considerar a la mujer propiedad del hombre se sigue dando en todo el mundo, de norte a sur, de oeste a este, sin importar clase social o nivel de educación.

La quemaron porque se quiso poner una falda. Su novio. La persona que supuestamente debía amarla. Tenía 19 años.

Apenas ayer yo me reía con mi esposo de que una de las razones por las que casi no fuimos pareja era que hace trece años yo usaba minifaldas y a él, norteño, hombre, mexicano, macho, eso no le gustaba.

Me reí y hoy una mujer está muerta, trece años después, por la misma razón. Solo tenía 19 años. El tipo en cuestión le llevaba 15 años.

¿Hasta cuándo las mujeres tendremos que cuidar lo que nos ponemos, por dónde caminamos, hacia donde nos dirigimos, con quién nos embriagamos, la hora de salida del trabajo, las parejas que elegimos porque lo peor que nos pueden hacer no sólo es matarnos sino violarnos, mutilarnos, quemarnos, quitarnos a nuestros hijos o matarlos de hambre?

¿Hasta cuándo tendremos que cuidarnos de ustedes, los que se supone que deberían acompañarnos a criar, a construir, a ser pareja, a ser amigos, a ser guardianes?

Los hombres no han cambiado. La sociedad no ha cambiado. Siguen odiando nuestra piel, nuestra libertad, nuestra individualidad.

Nosotras seguimos teniendo miedo. Es mejor tenerlo. Tenerlo y seguir vivas o no tenerlo y a ver cómo termina.

Mujeres quemadas. Mujeres violadas. Mujeres descuartizadas. Mujeres embolsadas. Mujeres golpeadas, mordidas, cortadas, engañadas, abandonadas, con salud deteriorada. Mujeres sin pensiones dignas para sus hijos. Mujeres víctimas de violencia vicaria. Y los hombres asoman sus colmillos y la jauría al unísono para decirnos que sí, que así es como debe ser y que no van a parar hasta esparcir en el bosque nuestros huesos.

Aquí en el mundo real uno se da cuenta de cosas. Que somos noticia nacional.

Que somos nota internacional. Que las mujeres que son quemadas son pocas, dicen los datos en internet. Pero las mujeres que son golpeadas y violentadas son todas. De una u otra forma. Aquí en el mundo real, no hay mujer que no conozca de violencia.

Que no va a parar nunca, dicen sus colmillos. Que el mundo real es el bosque ensangrentado. Que nos toca sacar las garras a nosotras y defendernos. Llorar a la chica de 19 años y asegurarnos que el que le roció gasolina no salga nunca ni vuelva a trabajar repartiendo alimentos. ¡Qué peligro! Que un tipo así con la muerte en las manos me entregue también el sushi del domingo, aquí en el mundo real, en donde los feminicidas andan en moto con la comida de los demás a cuestas.

No, no, no. Debemos plantarnos sobre nuestros pies y enfrentar a la jauría. Si nos organizamos bien somos manada. La rabia de aquellos nunca será suficiente. La rabia es solo rabia que se funde en el fuego, pero el amor que sentimos la una por la otra nos hace fuertes, nos vuelve invencibles.

Salgamos y tomemos las calles. Que no vuelvan a quitarnos muchachas, hijas, amigas, madres, ancianas.

Prendamos el fuego nosotras.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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