Esta Navidad no vamos a poner el árbol juntos, como siempre, como debe ser, porque quien te procreó y fingió por años que te criaba, escondiendo su insuficiencia detrás de mi esfuerzo y mi trabajo, te secuestró y te arrancó de los brazos de tu madre, la misma que sí sabía cuando tocaban tus vacunas, la que te amamantó varios años, la que conocía a tus mejores amigos y tus deseos navideños desde abril.
Esa, que soy yo, ahora un caparazón que se arrastra en juzgados, tratando de respirar, tratando de mantenerse viva, mientras cada día de no tenerte a mi cuidado se siente como una herida nueva en el cuerpo.
Hoy no hay árbol, ni alegría, solo angustia y dos corazones encogidos de no saber cuándo podrán volver a estar juntos, una madre pensando hasta dónde llegará el odio y temiendo la respuesta cada día, mientras veo noticias de “padres” que prefirieron asesinar a sus hijos antes que dárselos a sus madres.
Hoy no hay árbol, pero hay una sociedad indolente que condona al violento porque es y ha sido mal llamado “padre” por demasiado tiempo ya, con la justificación de la sangre que solo ha servido para derramar violencia sobre nosotros desde siempre.
Esta Navidad no vamos a hacer reliquia, no se van a prender los altares ni se sacarán las ollas grandes.
Esta Navidad me voy de rodillas a la Basílica y a la casa del dios que sea, del país que sea, de cualquiera que quiera regresarme a mi niña, porque estoy segura, casi sin ninguna duda que en la cuadra saben quien la desapareció y los malandros de la esquina saben perfectamente donde está o no está, a estas alturas.
Esta Navidad no hay gratitud, solo lágrimas y una fe quebrantada.
Esta Navidad solo hay ausencias, vacíos y rabia, mientras las autoridades nos gasean afuera del Palacio Nacional y yo solo rezo y rezo a un dios que se desangra y a una virgen que es mujer pero que es santa y yo no sé, de verdad no sé si mi niña lo era, pero saben, ella era mía, mía, santa, puta, loca, lo que sea, era mía y me la quitaron.
Esta Navidad no habrá regalos bajo el árbol. Sólo logré una cena calientita y un poco especial, que al cabo mi niño aún es chiquito y espero no se dé cuenta.
Esta Navidad es la primera desde que aquél me dejó porque fea, desarreglada y loca, se fue con su secretaria y la vida de ensueño se quebró. Recibimos doscientos de pensión a la semana y en mi trabajo de medio tiempo me pagan seis mil.
Se van dos mil en guardería y muy apenas llegamos.
Esta navidad no habrá nada más que nosotros sobreviviendo mientras la demanda se pudre en el juzgado con un abogado de oficio que me dijo que tenga dignidad y mejor no le pida nada.
Esta navidad será una navidad de lucha, otra vez y como siempre, para que se nos trate humanas, para que se nos respete el cuerpo, los derechos y la existencia.
Esta navidad encenderemos las hogueras que habremos de encender y vamos a morder si es necesario hacerlo.
Esta navidad otra vez estamos aquí doblando turnos para poder comprar un regalo, gritando a quienes amamos porque no hemos dormido en horas, colocando adornos y preparando recetas, corriendo de posada en posada sin tiempo para beber suficiente agua porque solo importa la magia y no nosotras ni nuestro cuerpo ni nuestra salud ni nuestra pinche existencia.
Esta navidad las magas, las brujas, las hadas de la navidad que somos nosotras estamos exhaustas, pero seguimos de pie y avanzando por amor y porque nos han echado un lazo al cuello en forma de hijos, en forma de afecto, en forma de amor absoluto.
Esta navidad seguimos avanzando, pero también seguimos resistiendo la correa del amo porque somos manada y a una loba no se le puede domesticar, siempre te morderá, sin importar la época del año o si es Navidad.
Esta Navidad cuidado con las mujeres que muerden la mano del amo, que se defienden y se amarran a los postes de los juzgados hasta que les entreguen a sus hijos, las que se ponen en huelga y dejan de cocinar, las que cobraron su tanda para los regalos de Navidad, las que deciden irse y esconderse a casa de su mejor amiga, las que cambian las chapas de las puertas para que el lobo no entre.
Esta Navidad cuidado con las lobas, todavía sabemos morder.
