Política

¿Quo Vadis PRI?

Como si la muerte de Luis Echeverría pareciera un presagio. Ante un PRI sin liderazgo genuino y emproblemado interna y externamente, parece ahora navegar al garete, sin rumbo definido; en otras palabras, ya nadie sabe a dónde va ni si volverá a tener algún peso específico dentro del futuro político del país. Pero, con eso y todo, parece que para el régimen presente el PRI sí representa todavía una fuerza que podría negarle posibilidades importantes de consolidación en el Congreso de mantenerse en alianza con opositores. Quizá por ello, lo que pretenden es someter a dicho partido para convertirlo tal vez en un agregado más a los satélites que favorecen al morenismo en cuestiones prácticas, por ejemplo, en los votos legislativos trascendentales, como en una próxima intentona de reforma electoral.

Los cañonazos con el tema de corrupción en contra del dirigente del PRI, Alejandro “Alito” Moreno y, desde luego, contra el expresidente Enrique Peña Nieto, sacado a la luz en forma un tanto inesperada ya que éste se mantenía intocable por este gobierno hace más de tres años, hacen pensar en que el trasfondo tiene mucho que ver con la ruta que seguirá el Revolucionario Institucional en el futuro y su proceder en la última parte de la actual administración lopezobradorista. Haciendo como que la Virgen le habla, el presidente ha jugado un papel de “yo no fui” mientras que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores truena y lanza misiles contra Moreno (no comprobados jurídicamente aún pero comprobadamente ilegales).

Y en plena mañanera, planeada como todas de manera estratégica, en forma sorpresiva el actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, pone a disposición datos, cifras y otros señalamientos que él mismo calificó de “supuestos”, para evidenciar a Peña Nieto en acciones de lavado de dinero, uso de recursos de procedencia ilícita, vinculación con empresas “A” y “B”, etcétera. En ambos casos, el presidente mostró una apariencia de sabio juzgador, de conceder la duda y en algunos términos en su dicho hasta una especie de defensor de los inodados. Bueno hasta expuso su desacuerdo con el cateo ciertamente mediático de la propiedad de Alito en Campeche y que armó el fiscal campechano Renato Sales Heredia (ex de la Comisión de Seguridad de Peña Nieto). Claro, sin efecto alguno, a valores entendidos.

La respuesta de Enrique Peña fue rápida y más política que argumentativa, lo que llevó a mandar una andanada más de parte de la UIF, ahora contra los expresidentes panistas y hasta a Ernesto Zedillo le tocó su parte. De pronto no sé de dónde surgen otras “filtraciones”, de que igual se investiga a familiares y amistades de los involucrado, incluyendo a la “ex” de Peña, quien vaya y de qué forma ha sobrellevado la separación con gastos millonarios sin recato alguno, algo que todos sabemos desde su “compra” de la casa blanca a la constructora Higa, por cierto, ya también en la mira.

Es cierto que si de algo tiene hambre la sociedad mexicana es dar castigo ejemplar a los gobernantes corruptos. Por pura fama pública, Moreno y el expresidente Peña no salen nada bien librados de la apreciación popular. Sin embargo, todo indica que hay algo más que una “oportuna” sacudida a las corrupción y a las figuras priistas, quienes no tendrán muchos problemas para irse soltando de las querellas legales que eventualmente les conducirían a sanciones económicas o penales. Más bien, en casos como el de la señora Sansores, penden responsabilidades contra ella por la forma ilegal de sus “descubrimientos” y acciones, y hasta el mismo gobierno sabe que comete errores si, como pasó el viernes, cuando anuncia en un “tuit” la apertura de carpeta de investigación contra Moreno (lo que no le corresponde sino a la Fiscalía), para una vez cometida la pifia legal, quizá suficiente para anular un posible proceso, mejor la borró en cuestión de minutos.

Recordemos algunos números que están en juego. Hablando claro nos percatamos que el PRI tiene aún 49 valiosos votos en la Cámara de Diputados. Morena y sus aliados juntan 276. Pero, si sumamos los del PRI, serían ya 325, insuficientes todavía para alcanzar una mayoría calificada como para cambiar la Constitución y modificar el organismo electoral, el número de legisladores y otros que son propósito de López Obrador. Es decir, solamente quedarían por “convencer” una decena entre los diputados de oposición y listo, saldría adelante la reforma. Entonces, y no parece mera suposición, las presiones ejercidas contra los priistas connotados tienen un objetivo claro: al presidente le urge la reforma electoral antes de los procesos en Edomex y Coahuila y, muchísimo más, antes de los cambios de consejeros del INE en 2023 y ya ni se diga en los procesos de la sucesión presidencial en el 2024.

Solamente quedaría una pregunta: ¿Quo vadis PRI? ¿a dónde vas PRI? ¿seguirás de aliado con opositores o serás comparsa por supervivencia? Quizá, antes de irte del mundo político, tengas que jugar tu última gran jugada dentro de este partido.

Miguel Zárate Hernández

miguel.zarateh@hotmail.com

Twitter: @MiguelZarateH

Google news logo
Síguenos en
Miguel Zárate Hernández
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.