Política

Los retos de Taddei

En medio de la tormenta provocada por el incendio del centro migratorio de Ciudad Juárez, que a la fecha reporta ya 39 muertos si no es que desafortunadamente se incremente esa cifra puesto que hay varios heridos graves, el régimen cuatroteísta enfrentó con cierto éxito el reto de avanzar en el control del Instituto Nacional Electoral. Quizá más preocupado por esto que por lo otro, el presidente, a quien se le “partió el corazón” por el asunto de los migrantes fallecidos, no tuvo reparo en “recomendar” a los legisladores de su partido para que si no se llegaba a un acuerdo con la oposición (cosa que sí pudo haber sucedido a no ser por la arrogancia de Morena y la carencia de negociación de los opositores), pues entonces se ajustara la decisión en el INE a como lo marca la Ley; es decir, por el triste y lamentable camino de la simple rifa llamada jurídicamente “insaculación”. Y así pasó. Al decir de López Obrador, esto evitaría caer en la componenda y reparto usual entre partidos (norma casi invariable, en efecto) pero con la seguridad del más alto índice de posibilidades para ganar el trofeo principal, o sea la presidencia del INE. No fue difícil. De cinco propuestas para la quinteta femenina de donde saldría la presidencia, cuatro eran prácticamente afines. Todos sabemos que a AMLO le hubiera gustado más tener a Bertha Alcalde, tan cercana a él como la hermana y la mamá de ambas, aunque la suerte favoreció a Guadalupe Taddei Zavala, igual de vinculada familiarmente a varios funcionarios morenistas especialmente en Sonora, pero con una cualidad innegable: trayectoria en el ramo electoral por más de dos décadas, cosa de la que Alcalde carecía totalmente.

A Taddei, quien asumirá ya el mando máximo del INE, le toca llevar a cuestas no solamente una gran responsabilidad sino demostrar que, pese a los antecedentes y vinculaciones y hasta las porras presidenciales que recibió, podría ser realmente capaz de tener la virtud de ser una figura independiente. Derivar de una corriente política no es una cuestión rara ni extraña en los organismos considerados autónomos, incluyendo al INE. Sólo que en este caso en particular la determinación de los cuatro nuevos consejeros estuvo muy contaminada de los enojos del presidente ante la enorme defensa popular del INE y, sobre todo, por las controversias con su presidente saliente, Lorenzo Córdova. Lo último fue que el INE prohibió al presidente pronunciarse en pro o en contra de partidos y corrientes políticas. La respuesta del mandatario resultó iracunda y hasta un reportero la llevó al ser agredido en plena mañanera por tal motivo; en cambio, exhibió (ilegalmente, claro), los supuestos monto de liquidación de los consejeros salientes. Postrer y absurda venganza del presidente.

De momento quedan muchas dudas sobre la futura actuación de la nueva presidenta. No es de esperar una situación de confrontación como con Lorenzo pero la gran interrogante que podemos hacernos es si la recién llegada recogerá las inquietudes de los grandes grupos de quienes rechazaron las pretendidas reformas electorales del presidente, con sendas manifestaciones, o si, por el contrario, trata de apaciguar a favor de las causas de la 4T. Y hay una prueba que pudiera evidenciarlo en el corto plazo: hay que recordar que el llamado “plan B” está suspendido, pero no acabado; de continuar con la impugnación formulada por el mismo INE, podríamos pensar que Taddei se habrá conducido con autonomía con respecto al Ejecutivo. Si actúa en contrario, a sabiendas que el INE no podría salir adelante en sus tareas por venir con la aplicación de la nueva normatividad ya avalada en el Congreso por morenistas y sus aliados, entonces quizá será tiempo de dudar de que la nueva presidenta llega con el espíritu de dar continuidad a un proceso democratizador para que no caiga en manos del autoritarismo y la hegemonía totalitaria del Estado. Pero, concediendo la posibilidad de que se lleven adelante las verdaderas causas, habrá de tener confianza en que Taddei, los nuevos consejeros y los que se quedan, sepan cumplir sus fines. A ver, a ver.

Para el presidente el fin de sexenio no le espera nada sencillo. Quizá a estas alturas ya se ha percatado que el país no puede navegar a caprichosos golpes de timón. Este mismo año habrá de sacar adelante dos elecciones significativas que anticiparán algo de lo que viene después, aunque son procesos cuyos resultados parecen ya definidos. Los plazos son fatales y sus favoritos hacia la sucesión (menos mal que asegura ya no hay dedazos), se enfrentan y luchan sobre todo por debajo de la mesa y evidentemente descuidan sus labores esenciales. Ellos andan en lo suyo, aunque en otras partes la realidad, la cruda realidad, aparece una y otra vez. Los migrantes de Juárez que murieron recibirán la “justicia” del chivo expiatorio, pero quedará su reclamo, como el que recibió AMLO cuando le cerraron los querellantes y familiares de víctimas el paso de su camioneta en esa frontera. Les dijo el presidente: “¿te mandó Maru (Campos, gobernadora panista de Chihuahua), mi amor?”. Ni hablar, no hay duda, ya marca su propio descenso.

miguel.zarateh@hotmail.com

Twitter: @MiguelZarateH

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Miguel Zárate Hernández
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