Ahora resulta que las motos le tiran a los diputados...o los patos a las escopetas. Algo así está sucediendo con la polémica generada por un grupo de motociclistas indignados porque los van a meter en cintura.
Al no tener argumentos consistentes, alegan discriminación y no sé que tantas barbaridades, pero lo que pretenden es evadir las leyes, así como se brincan las trancas en las casetas para no pagar la cuota como cualquier ciudadano.
Por supuesto que deben ser regulados, y para eso están promoviendo la Ley de Movilidad o Ley Chaleco, en el Congreso del Estado, ya que los reglamentos municipales deben vigilar la circulación de todo tipo de vehículos, sean eléctricos o de motor a combustión, e incluso las patinetas que representan un peligro hasta para ellos mismos.
Hace dos semanas, mientras circulaba por el bulevar Atlixco, una pareja en moto quiso rebasarme por la derecha y se impactó en mi espejo retrovisor, cayendo en el concreto hidráulico. Al momento de escuchar me detuve metros adelante y los pude observar en el piso del golpe.
El hombre se levantó rápido, pero la joven mujer estaba incorporándose cuando me acerqué, para ver si estaban bien o habían sufrido alguna lesión. Ambos me respondieron que no había pasado nada, y que lo dejara así porque mi camioneta había sufrido más desperfectos.
En realidad y con todo respeto para quienes usan ese medio de transporte, en los últimos meses han sido protagonistas de muchos hechos delictivos, donde se escudan precisamente en la falta de identificación para cometer todo tipo de ilícitos.
Tampoco quiero decir que todos sean unos delincuentes, y estoy seguro que la gran mayoría son gente trabajadora y utilizan ese medio por un tema de economía lo cual es válido, pero considero importante que la ley los obligue a cumplir los reglamentos como a los cientos de miles de automovilistas en el estado.
Así como se paga un refrendo vehicular cada año, o como deben acudir a la verificación ambiental, también los dueños de motocicletas deben ser regulados por la autoridad por su propia seguridad.
En un estado de derecho como el nuestro nadie debería circular sin placas o sin tener los permisos en regla. Tampoco es correcto que los ciudadanos se hagan justicia por su propia mano como en Tehuacán, donde tras golpear a un joven vendedor atacaron la casa de los agresores, pero ese es tema para otro artículo. En ambos casos las leyes son para respetarse y hacerlas cumplir.