Debido a la falta de atención por parte de autoridades estatales, grupos de madres buscadoras en Nuevo León han decidido como estrategia acudir al apoyo federal, para ver si a mil kilómetros de distancia son más sensibles a sus demandas.
Las cifras de estas organizaciones contabilizan poco más de siete mil personas desaparecidas y, en contraparte, el personal oficial es mucho menor, por lo que la atención es deficiente, pues cuentan apenas con cinco agencias y un solo MP para ver los casos de Larga Data, es decir, aquellos que superan los 10 años.
Por cuestiones históricas existe una lucha entre las ONG y la autoridad, para ver quién tiene la razón, y se les olvida que en el fondo se trata de seres humanos y no es simple estadística la que está en juego.
Las familias nuevoleonesas se sienten en indefensión y muy cansadas de tantas omisiones, por lo que miembros de Colectivo Renacer se dieron a la tarea de buscar a las autoridades nacionales para que sus casos sean revisados, y así obtener avances en sus carpetas de investigación.
Ante esa situación, a principios del mes de octubre viajaron a la Ciudad de México con sus propios recursos y consiguieron ser atendidas por dichas autoridades por orden directa de la Presidenta de la República.
Gracias a la intervención de la doctora Claudia Sheinbaum, allá les brindaron una atención personalizada, lo cual ha devuelto un poco la confianza que habían perdido por los malos tratos y el nepotismo de las autoridades de Nuevo León, específicamente el fiscal especializado en Desapariciones y el de Antisecuestros.
El desempeño de ambos funcionarios ha dejado mucho qué desear y al no tener otra opción deciden acudir a la ayuda en la Ciudad de México, donde al menos los atienden de manera expedita, aunque ciertamente todavía no hay resultados.
El problema es que como ellos mismos pasan por el costo del viaje, necesitan apoyo de la sociedad regiomontana, tanto en lo material como en lo moral, porque no podemos dejar en el olvido un asunto tan delicado.
Si no somos capaces de solidarizarnos con su causa, al menos debemos ser empáticos con las familias porque la violencia generalizada en el país nos puede llegar en algún momento de la vida y entonces sabremos lo que se siente.
