El lamentable fallecimiento de la joven Paulina, quien acompañaba a su novio en el auto Subaru en la vía Atlixcáyotl la madrugada del sábado 22 de noviembre, junto con otro amigo, nos debe llevar a la reflexión como sociedad, pues se trata de un asunto que nos atañe a todos.
Esa avenida ha sido durante años la sede de carreras clandestinas que con frecuencia se organizan desde redes sociales, donde se ponen de acuerdo para acudir los fines de semana ya entrada la media noche.
Luego de siete días, la tercera ocupante y única sobreviviente, perdió la vida días después en un hospital, y ahora su familia planea su ingreso como candidata a la donación de órganos.
El viernes se dio a conocer que la familia de la joven de 21 años de edad, confirmó a la Fiscalía General del Estado (FGE) que Paulina había fallecido, por lo cual, comenzarían un proceso de donación de órganos; aunque no se especificó el hospital donde realizarían dicho trámite.
Mientras tanto, este caso ha cobrado en total la vida de tres jóvenes, todos, estudiantes de 21 años de edad, entre ellos, César Emilio, copiloto durante el evento vial y novio de Paulina; además de Rubén Alonso, quien conducía y perdió el control, presuntamente al viajar a más de 120 kilómetros por hora en la Atlixcáyotl.
Por otra parte, la situación de la joven entró en debate, luego que la familia de la joven abriera una cuenta de apoyo virtual, donde solicitaban a las y los ciudadanos en general, que les brindaran donaciones económicas para poder solventar los gastos médicos que habrían abarcado casi un millón de pesos.
En el ámbito político se generó también la polémica por las declaraciones del coordinador del gabinete estatal, José Luis García Parra, quien dio a conocer la construcción de una pista de carreras donde los muchachos puedan canalizar su afición por la velocidad.
También se vino encima una serie de comentarios de diputados de oposición a Morena, que dijeron estar en contra de la propuesta, pero tampoco han sido del todo claros para endurecer las leyes y reglamentos a fin de evitar ese tipo de competencias ilegales.
Lo que nadie ha dicho es cómo le van a hacer para obligar a las autoridades de los municipios que comprende el Atlixcáyotl, para que sus agentes de tránsito dejen de extorsionar automovilistas en estas fechas decembrinas, y sancionen incluso con arrestos durante unas horas a quienes infrinjan la ley y pongan en riesgo su vida y la de sus propios amigos.
