Al hacer el recuento de los "daños" sobre el proceso electoral en el estado de Puebla, y salvo la anulación de la elección en Venustiano Carranza y lo que pueda suceder en otros casos a revisión, la contienda del 2 de junio concluye sin mayores contratiempos.
Si bien es cierto hubo anomalías propias de unos comicios concurrentes donde se votaron más de 2 mil cargos solo en el estado, se puede considerar como buena la actuación de las autoridades (IEE e INE) que llevaron a cabo toda la organización.
En ese sentido, los partidos políticos y sobre todo los que tuvieron la desgracia de ser apaleados en las urnas, comienzan a digerir la derrota, pero deben pensar en cómo resurgir de las cenizas.
El caso concreto del PAN es el que más posibilidades de rescatarse tiene, según lo que algunos expertos en política consideran, pero para ello necesita hacer ajustes y cambios de forma, pero sobre todo de fondo.
Sin embargo, dentro del mismo partido vemos la resistencia de grupos porque como dice el dicho "a río revuelto"...hay algunos pescadores que quieren agandallarse la dirigencia y eso en nada ayuda.
De hecho, hay mujeres como Mónica Rodríguez Della Vecchia y hombres como Rafael Micalco que andan apuntados para entrarle, aunque eso tampoco sea garantía de que puedan recuperar su esencia como partido opositor.
No es que esos dos personajes sean malos o tampoco tengan capacidad para hacerse cargo de instituto político, sino que para lograr ajustes de fondo se requiere voluntad de toda la militancia y por lo que ahorita se ve están muy lejos de ese escenario.
Para que a nivel local pueda darse una renovación en el blanquiazul, hace falta que exista una línea desde el nacional para hacer una limpia, si fuera necesario el caso, porque hay grupos que ante la falta de liderazgos quieren aprovecharse.
Por supuesto hay poblanos como Humberto Aguilar, que tienen agallas y capacidad para entrar a la pelea local y nacionalmente, pero falta que algunos lo convenzan de que puede ir agrupando apoyos para tomar la decisión.
Acción Nacional tiene en su ADN ser un partido opositor, y sus mejores batallas han sido en ese terreno. Aliarse con el PRI fue una gran tontería y espero que lo hayan entendido, porque no tiene caso seguir al lado de un "cadáver" como el tricolor que a dos semanas de la elección ya apesta.