Lo que más me entristece es que la muerte de Victoria Salazar al momento de ser detenida será otra ola en el inmenso mar de violaciones de las que diariamente son objeto las mujeres en este país, donde parece ser que lo único que mueve al enojo, sí pero a la poca acción también son las tragedias que trascienden a través de los medios de comunicación.
Y con cada muerte, ni siquiera con cada vejación, se reavivan las protestas y manifestaciones las marchas de repudio en este caso a la acción policial, de nuevo nos acordamos que vivimos en un país donde parece ser que la barbarie es la que predomina en varios rincones de nuestro México y luego, llega la calma y el olvido hasta que otra mujer fallece.
No faltará quien tome bandera política del asunto, hoy ya muchas cabezas rodaron intentando aplacar a la multitud que exige justicia, pero lamentablemente poco se ha hecho para disminuir este tipo de acciones violentas en contra de las mujeres, acciones que van más allá del maltrato en una detención acciones que duelen todos los días.
Tenemos que, como sociedad, unirnos para terminar con la violencia hacia las mujeres de cualquier tipo, y no esperar a que muera una más en cualquier contexto que la violencia se dé para despertar para recordar que estamos lejos de alcanzar la justicia para cientos de miles que día a día padecen.
Estoy de acuerdo en las manifestaciones de repudio, pero quién realmente se ha puesto a trabajar para llevar a buen puerto las políticas en favor de las mujeres, hoy todo mundo señalará de asesinos a un grupo de policías, pero pocos se atreverán a voltear a su entorno en donde existen miles de casos de mujeres maltratadas hasta la muerte.
Ya es tiempo de despertar y no necesariamente por la tragedia.
Miguel Ángel Puértolas
miguel.puertolas@milenio.com