Tener hijos no te hace padre, como tener un piano no te convierte en pianista.
Esa frase es una que marcó mi vida para siempre, y es que la analogía puede ser llevada por muchos caminos, por ejemplo, nosotros somos responsables de aprender a ser mejores padres cada día, como un buen pianista practica todos los días para que del instrumento que toca salgan las mejores notas.
Al poner nuestros dedos sobre las teclas del piano somos los únicos responsables de que ese instrumento se convierta en uno que deleite a los demás, u otro que no desee ser oído jamás por nadie. Así es la vida de nuestros hijos, podemos ser los forjadores de ciudadanos de primera, responsables, educados y con una visión de futuro que haga que la sociedad pida más personas como ellas, o convertirlos en unos indeseados por su mal comportamiento y malas maneras de hacer las cosas.
Debemos ver a nuestros hijos como la gran oportunidad de hacer ciudadanos de bien, y nada mejor que con el ejemplo y una buena educación. Un hijo requiere de amor, de ser consentido, pero también requiere de disciplina y reglas para ser un hombre de bien, al igual que un piano eventualmente requiere ajustar las cuerdas para emitir sonidos que deleiten a nuestros oídos.
El ejemplo del padre arrasa, consejos podemos dar muchos, pero los niños y niñas especialmente siguen el ejemplo que reciben de sus padres, léase padre y madre, y ese será el reflejo de cómo se comporten en sociedad. Bien dicen que los hijos no son más que el reflejo de lo que tienen y ven en casa, no se nos olvide que al final la enseñanza más grande que puede tener un niño o niña es el comportamiento de sus padres.
¿En qué momento se rompe ese hilo delgado entre un hombre de bien y un delincuente? en el momento en que tiene conciencia de su ser, y del lugar que ocupa en este mundo, si es un niño que carece de atención, que sus padres no están por el motivo que sea, que no hay quien ponga límites y alimente la autoestima de ese pequeño, en ese momento tendremos un delincuente en potencia.
Porque muchas veces habrá padres que consideren que la escuela debe de formarlos y la calle debe darles las herramientas para enfrentar la vida, nada más alejado de la realidad, la escuela imparte conocimiento y valores cívicos, pero los valores necesarios para enfrentar la vida como hombre de bien se aprenden en la casa, la formación del ser humano, se realiza en casa y la calle solo debe ser el lugar que utilice para trasladarse de un punto a otro.
