Ya tenemos en puerta un proceso irreversible que se estará llevando a cabo el primero de junio como es la designación de jueces mediante el voto popular que en sí no representa un reforma al Poder Judicial sino más bien un cambio, radical sí en cómo llegarán los jueces, magistrados y ministros a ocupar sus cargos.
Pero hay asignaturas que no deben quedar fuera ahora que se puso en marcha este esquema uno de ellos es que se vele por la independencia judicial que incluye la autonomía de los juzgadores y se mantenga la sana separación de poderes, blindando a impartidores de justicia de cualquier presión ajena.
Vigilar también que se mantenga un combate a la corrupción e impunidad garantizando e implementando sistemas que permitan el escrutinio público de los procesos judiciales, el uso de recursos y el patrimonio de los funcionarios; que además incluya mecanismos de denuncia y sanción sin descuido ni menoscabo de los controles internos
Requerimos de impartidores de justicia capacitados y profesionalizados con formación continua en donde además se reconozca el mérito y trayectoria que el voto popular no sea el único respaldo para permanecer en su cargo por lo que se necesitará además la permanente valuación del desempeño
Y para los ciudadanos que se garantice la tan anhelada justicia pronta y expedita en la que se reduzcan los tiempos de resolución de los casos y eliminar el rezago judicial, sin duda el talón de aquiles que más duele.
Para ello urge en México el otorgar recursos suficientes que permitan al Poder Judicial modernizarse mediante el crecimiento de su infraestructura y de tecnología es decir más juzgados con mejores herramientas para impartir justicia, optimización de procesos y promover la colaboración e intercambio de información entre las diferentes instituciones del sistema de justicia como son policía, fiscalías, tribunales, centros penitenciarios.
La gran apuesta sin duda es ésta, que más allá del cómo se designe a los integrantes del Poder Judicial se emprenda una cruzada por trabajar para atacar los males que hoy le aquejan.