Al presidente López Obrador le quedan en el cargo un año 4 meses, tiempo suficiente para que mediante su posicionamiento mediático, los recursos de inteligencia y el uso del Poder Legislativo, emprenda una guerra en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y mientras la mayoría de los mexicanos que apostamos por un equilibrio entre poderes, aplaudimos las decisiones tomadas por los ministros contra decretos y leyes absurdas, éstos deberán soportar el embate oficial al menos durante el periodo que le resta al actual mandatario federal.
Y primero que nada, seguramente serán puestos en discusión los más de 70 mil millones de pesos que tiene la Corte como presupuesto y que seguramente serán puestos a disposición en el Legislativo al momento de pasar a revisión el presupuesto de egresos del año entrante a ejercer por el Poder Judicial, no tengo la menor duda que vendrán los amagos para recortar el recurso destinado a la aplicación de la ley en el país. Es justo ahí donde perderemos todos los mexicanos pues a un país fuerte y democratico, lo debilita un Poder Judicial disminuido y carente de recursos.
Seguro que también le pondrán especial atención a los fideicomisos por más de 20 mil millones de pesos, buscarán a toda costa como lo han hecho con el INE, el INAI y todos los organismos públicos descentralizados llevarlos a la asfixia económica, y no se diga la serie de iniciativas de ley que seguro surgirán para debilitar al Poder Judicial, sin importar que esto vaya en detrimento de nuestra nación, sin importar los millones de personas que pueden verse afectadas todo por un capricho presidencial.
Apenas van unas cuantas batallas de la guerra que viene, que puede resultar catastrófica o cuando menos con consecuencias funestas, que tendrá que enfrentar la Corte. Sin dejar de lado los ataques personales que la caterva más rancia de la 4T ha emprendido en contra de la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, lo que deja en claro la gran estupidez con la que se conducen, sin respeto alguno ya no digamos a la autoridad… a una dama.
En fin, falta un gran trecho por recorrer y la SCJN o sale fortalecida, o queda condenada a la embestida oficial.
