“En lugar de correr al quiosco para hacerse una prueba, lo que hay que hacer es quedarse en casa para evitar contagiar a otras personas y vigilar el estado de salud”, parece chiste, o una mala recomendación, pero es el consejo que ayer dio el subsecretario de promoción de la ¿salud?, Hugo López-Gatell.
Por muy bien intencionada que haya sido esta recomendación del Doctor, esta pierde toda lógica y sentido cuando para obtener un permiso, una incapacidad o cualquier otro trámite que tenga que ver con la ausencia de una persona en una posición por causa de la pandemia lo primero que se pide es una prueba sobre si se padece o no la covid-19.
Pero lo que me parece más preocupante es que la intención oculta y no tanto, es evitar que se sigan registrando en la estadísticas oficiales los casos reales confirmados de la enfermedad, pues si las personas que tienen síntomas de haber contraído el coronavirus causante de la covid-19 no se hacen pruebas no se tendrá un registro real de casos.
Y eso es lo que me parece más preocupante, que detrás de las acciones (la omisión también es una acción) exista un manejo irresponsable de la enfermedad cada vez más patente, dada la ligereza de las declaraciones emitidas no sólo por Hugo López-Gatell sino también por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien recomendó tecitos y “vaporrú”.
Lástima de ver que en esta nueva ola de contagios la ocurrencias no dejan de suceder, la vacunación sigue lenta, la aplicación de los biológicos sigue segmentada cuando debería ser universal, pero también del lado de la sociedad hay una gran irresponsabilidad de grupos que se niegan a recibir la dosis correspondiente.
Otro asunto que preocupa es la ligereza con la que se está tomando la gran cantidad de contagios ocurridos en nuestro país y la escasez de acciones pertinentes para frenar la ola, que son sustituidas por comentarios como el expresado aquí al inicio de este espacio. Las cifras empiezan a rebasar de nuevo a México, y tal vez por eso la urgencia de no ir a hacerse la prueba, pues con ello se tendrían datos más cercanos, pues para nada llegarían a ser exactos del hoyo en el que estamos metidos.
Menos registros no se traducen en menos daños.
Miguel Ángel Puértolas
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