Dicen que el hilo se rompe por lo más delgado y así es en el tema de la inseguridad, los ataques a los bares en Guanajuato tienen una sencilla explicación, generalmente son centros que desobedecen las normas básicas con respecto a horarios de cierre, permisos y licencias y terminan siendo puntos de venta de droga para alguno de los grupos delictivos que operan en el estado.
La escasa supervisión de estos negocios y la imposición de los grupos criminales permiten que florezcan estos puntos de venta de droga así como muchos otros negocios relacionados con el crimen organizado, y aquí es donde me pregunto ¿qué están haciendo las autoridades municipales cuando se enteran del funcionamiento de estos establecimientos reacios a cumplir con las normas básicas?
Claro que hay competencias y si bien es cierto que el delito de narcotráfico es federal, la federación no tiene la obligación de andar supervisando en cuanto a este tipo de negocios si están operando bajo las reglas municipales y los ayuntamientos tienen todo el derecho de actuar cancelando sus operaciones, cosa que parece no se está haciendo por acción, omisión y, lo que sería más grave, por complicidad.
Ojo tan solo en dos meses van tres ataques multihomicidas en estos establecimientos empezando por el bar de Tarimoro que dejó 10 personas fallecidas, le siguió otro establecimiento del mismo tipo con 12 muertos en Irapuato y ayer en Apaseo el Alto hasta el cierre de esta edición se hablaba de 6 muertos en otro bar atacado por un grupo armado. En mes y medio, 28 muertos en bares.
¿Dónde está la autoridad en materia de fiscalización municipal? No se trata de repartir culpas se trata de que cada quien haga lo que le corresponde para atajar así las vías a los delincuentes, de otro modo la violencia no va a parar.
Miguel Ángel Puértolasmiguel.puertolas@milenio.com
