Ayer recibí una triste noticia: falleció el doctor Luis Estrada Martínez, una de las personas que más hicieron para desarrollar en México lo que hoy conocemos como divulgación científica.
Estrada nació en la Ciudad de México en 1932, y en los años 50 estudió la carrera de física en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Luego hizo estudios de posgrado en física teórica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Al regresar a México, a principios de los 60, comenzó a dar clases en la Facultad de Ciencias —labor que continuó durante cinco décadas— y se interesó en buscar formas de llevar la ciencia a públicos amplios. Formó un grupo dedicado profesionalmente a la divulgación científica, y a partir de ese esfuerzo se creó en 1970, en la Dirección General de Difusión Cultural de la UNAM, un Departamento de Ciencias.
En 1977 fundó el Programa Experimental de Comunicación de la Ciencia de la UNAM. En 1980 éste se convirtió en el Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia de la UNAM (CUCC, hoy Dirección General de Divulgación de la Ciencia, DGDC), institución que sería pionera a escala iberoamericana en el desarrollo de nuevas y mejores maneras de poner la ciencia al alcance del ciudadano.
El CUCC desarrolló innumerables proyectos: publicaciones, exposiciones, cursos, conferencias, programas de radio. Quizá lo más importante es que formó a toda una generación de divulgadores que tomaron esta labor como una profesión de tiempo completo. Estrada fue, en este sentido, uno de los fundadores de la moderna profesión de comunicador de la ciencia en México. En 1974 fue el primer mexicano en ganar el Premio Kalinga, otorgado por la Unesco: el Nobel de la divulgación científica.
Estrada es ampliamente reconocido como uno de los pioneros y decano de la divulgación científica en México y Latinoamérica, y como defensor de la visión profunda, académica y cultural de esta actividad. Fue además un ser humano excepcional: cultísimo, noble, creativo y generoso, que trabajó siempre para formar divulgadores profesionales y desarrollar proyectos que promovieran la cultura científica de los mexicanos.
Se le extrañará mucho como amigo, y nos hará siempre falta su visión profunda e inteligente.
mbonfil@unam.mx
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM