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El principio femenino de la conciencia

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El principio sagrado femenino era el que regía la conciencia en los albores de la humanidad, era la Gran Madre, el principio creador y también destructor. En la tradición tántrica, es la energía divina de Shakti, la energía primordial, la que manifiesta la conciencia, tomando la forma de todo lo que existe.

Tal principio femenino divino está presente en la cosmogonía de todas las culturas del planeta porque es intrínseco a la vida en la Tierra. Y aunque se encuentra presente tanto en hombres como en mujeres, el cuerpo-mente de la mujer tiene una relación más fluida o directa con la energía femenina: “Shakti es el principio transformador dentro de cada una, el poder para sanar, nutrir y regenerar al mundo”.

Lo cierto es que con la llegada del depredador sistema patriarcal, cualidades como la intuición, la compasión y la empatía pasaron a ser consideradas no solo inútiles sino peligrosas, siendo sustituidas en la escala de valores por la competencia, el dominio, la híper racionalización, la violencia, el egoísmo y la separación. El riesgo de ser mujer en una sociedad patriarcal es creerse menos y por esto querer igualarse a los hombres encarnando los valores de una conciencia desconectada de sí misma y del corazón.

Y por supuesto, el yoga es una gran herramienta que puede aportar a las mujeres el real entendimiento e integración de su verdadera naturaleza en el nivel físico, mental, emocional y espiritual. Esto, en consecuencia, llevaría a transformaciones profundas de la conciencia humana hacia un mundo basado ya no en la competencia y la dominación, sino en el respeto, la igualdad, la creatividad, la sabiduría, la compasión, la vulnerabilidad, el gozo, el amor, el bienestar integral para todos y la conciencia de unidad.

De acuerdo con el portal vix.com, la energía femenina se encuentra en la pelvis; de ahí que Utkata Konasana, la postura de la Diosa, sea una gran posición para entrar en contacto con ella, pues ayuda a ejercitar la cadera y desbloquear la energía allí contenida: “Los pies firmes en el piso nos conectan con la tierra, a la vez que nuestras manos se extienden hacia arriba para recibir la energía del cosmos. Al ponernos en postura de la diosa canalizamos a la diosa que llevamos dentro, dando al Universo energía femenina y recibiendo el poder del Universo”.

Su característica más importante es el gran estiramiento de caderas que proporciona, además del estiramiento del pecho, con lo que se convierte en una postura que integra todos los centros de energía del cuerpo y brinda la vitalidad, el sentimiento y la conciencia, “a través de los cuales ponemos en movimiento nuestras acciones externas y nuestra práctica espiritual interna”. 

(Con información de amayogaymeditacion.webnode.com, annmoxey.blogs.com, vix.com y milenio.com)

marien@caminoamarillo.net

@marien_caminoa7


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Marién Estrada
  • Marién Estrada
  • infocaminoamarillo7@gmail.com
  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Milenio Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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