La mayoría de las promesas de campaña que vimos en el Estado de México se basaban en "apoyos rosas". Básicamente consistían en otorgar monederos electrónicos a las mujeres, que les permitieran hacer compras, o utilizar ese recurso en actividades de autoempleo. Pero si las mujeres no están capacitadas para el empleo, o no tienen la capacidad de convertir este apoyo en empoderamiento sustentable, ¿cómo puede ser un apoyo? En MISAC, en Puebla, queremos hacer las cosas diferentes.
Me interesa que las mujeres, no solamente reciban paliativos que les duren una despensa, una quincena o un mes; sino que de verdad puedan convertirse en ciudadanas responsables que tengan capacidad de sostenerse ellas y a sus familias, a lo largo del tiempo. Ese es el objetivo principal de los corredores comerciales MISAC.
Los recursos se deben invertir en donde las mujeres ya van un paso adelante; por ejemplo, en la consolidación de cooperativas comerciales o artesanas, en los proyectos productivos o sociales que ellas mismas están presentando y que han sido rechazados por falta de confianza; en sus pasiones, sobre todo, considerando la dinámica de la mujer en diferentes esferas: aquella que ya tiene una familia, la que tiene otros roles que cumplir; pues la manera en que se impulsa a estas, es diferente a la manera de impulsar a una mujer que está preparándose para ser profesionista. Sus tiempos son diferentes, sus dinámicas y necesidades son distintas, y también su acceso a créditos, micro créditos o a oportunidades laborales.
No podemos engañarnos: se acercan esos tiempos en los que muchas personas van a ir, sobre todo a las comunidades más vulnerables, a ofrecer diferentes soluciones. Muchas se enfocarán en ofrecer alternativas económicas, de salud y de organización a las mujeres. Mi llamado es el siguiente: escuchemos a todos los que se acercan. Recibamos sus propuestas, pero pongamos atención en lo importante. ¿Cuáles de estas propuestas son más duraderas? ¿Cuáles de estas se ajustan a nuestra realidad? O, en todo caso, ¿quiénes de los que se acercan seguirán impulsando estas soluciones a largo plazo?
Debemos empezar a pensar en aliados, de forma estratégica y duradera. Alguien que pueda llevar nuestra representación como si fuera el socio o socia de nuestra empresa. Quien verdaderamente confía en las mujeres, no les ofrecerá una solución a corto plazo. Podrá hablar de frente con ellas, entender las necesidades, generar soluciones en conjunto, trabajar de la mano y entregar excelentes resultados. Como las "dietas milagro", muchos ofrecerán soluciones "mágicas", rápidas "incluso inmediatas- y sin rebote. Eso es algo imposible: las mujeres, la sociedad en general, debemos aceptar que tenemos un camino por andar que no va a ser corto y, en ocasiones, merecerá de mucha labor y colaboración. Esta es la verdadera solución: la confianza implica que estaremos juntos y trabajaremos de la mano para encontrar el progreso y desarrollo que todos necesitamos en Puebla y en México.
Las mujeres ya no creemos en la despensa, los vales, o las promesas vacías. Nos cuidamos entre nosotras. El error más grande que se podría cometer es retroceder en esta organización. Pongamos nuestra confianza en la fortaleza y potencial de nuestras mujeres.
mariela.soro@gmail.com