en una colaboración de este año, se señalaba que en el futuro nos espera un conflicto internacional por causa del abastecimiento de agua potable.
El agua parecía inagotable, pero se escasea en el orbe para el consumo humano y para aplicarla en otros campos útiles: se tiene menos del uno por ciento. En el sur de Tamaulipas está iniciando una crisis por causa de las nulas lluvias y por la mezcla de agua salada en el vaso surtidor, lo que ha causado alarma y compra masiva del líquido. Parece una ironía de la naturaleza que, estando rodeada la zona de ríos y lagunas, se presente este fenómeno.
Es un agregado a los problemas económicos, sociales y por la pandemia que nos afecta, así como por la tensión que provoca entre la clase política y ciudadanos interesados, la controversia constitucional.
La escasez del agua es hemisférica porque presas, lagunas y nacimientos de ríos están reduciendo su caudal. Las Naciones Unidas ha previsto el problema y en su Agenda 2030 apunta fórmulas para garantizarla y atender su saneamiento.
Además de la sequía, otro origen del problema hídrico está en el consumo para fines industriales, al desproporcionado crecimiento urbano, exigencia agrícola y a las pocas instalaciones para su tratamiento residual y regeneración, así como la apatía de la Conagua.
Se agrega el excesivo desperdicio que se hace de ella. En las ciudades surgen fugas de agua potables que tardan hasta semanas en reparar; a ello se agrega las tomas clandestinas.
El agua en estas circunstancias se debe tener en cuenta como un asunto prioritario, más que las construcciones, pavimentaciones y modelos de desarrollo urbano. El agua debe pertenecer a los derechos y garantías constitucionales, como son los derechos humanos.
El agua abunda en el sureste del país, especialmente en Chiapas, en donde están las hidroeléctricas más grandes y productivas; sin embargo, la población posee un regular índice de productividad. En cambio, la zona norte que carece de suficiente líquido, es más productiva. Quizá porque la carencia de agua hace a la población más interesada en vencer con esfuerzo la adversidad.
Ya somos casi 8 mil millones de habitantes en el mundo y los que viven en nuestro país ya están en conflicto social por la disputa del agua. _
