Política

Los amplios caminos de la derecha

Hoy la derecha mexicana entró por la puerta del frente en el PRD y, a la vez, entró por la puerta trasera de Morena, el Caballo de Troya utilizado para dividir y destruir la ya malograda revolución democrática.

Si históricamente las derechas se refugiaron en el pensamiento el oscurantismo religioso, combatieron el pensamiento científico aplicado en la sociedad, la política y la economía. De ahí se justificó el esclavismo, la nobleza y la existencia de sociedades estratificadas y divididas en clases, por la gracia de Dios que prometía a cambio de los sufrimientos terrenales el paraíso.

De ahí surgieron leyes y Estados, formas de gobernar mediante el derecho divino, reyes, virreyes, regentes, adelantados, iluminados, santos, inquisiciones, la tortura, la confesión, el papel de las mujeres, el pecado, el principio de autoridad, los imperios y las colonias.

Ya desde el siglo XVIII, las revoluciones para separar las Iglesias de los Estados formaron las primeras republicas con poderes divididos inspirados en el derecho romano, pero a diferencia del original, mediante la ciudadanía de hombres iguales ante la ley, y digo hombres porque este mismo derecho no alcanzaba a las mujeres y tampoco a los negros e indios, los cuales no eran considerados humanos iguales.

En nuestro país desde su nacimiento, las derechas fundadas en el derecho divino tratan de marcar nuestra independencia desde el origen y de ahí la importancia de las primeras constituciones de Apatzingan en 1814 y la de 1857.

En ellas y su decurso, la resistencia de las derechas quiso hacer imperios, traer emperadores, conspiraron y provocaron guerras internas y en su defensa se hicieron revoluciones que desembocaron en la de 1917.

Pero eso, ya no importa: en este siglo XXI la lucha por el poder a todos los ha igualado y ahora las viejas derechas se han abierto camino y se unen a las nuevas derechas neoliberales, que rinden homenaje al libre mercado y la tecnología, como el nuevo credo para justificar la desigualdad, el pensamiento único y el mismo oscurantismo social de tres siglos atrás.

Surgida de una izquierda que alguna vez tuvo un sueño y rápidamente cayó en la decadencia (el perredismo que nació como un baluarte para una revolución democrática y se convirtió en parte de lo que se combatía), terminó dividida y en las patas de las derechas, que hoy han entrado a México por todas partes: por la globalización trasnacional, desde el vago liberalismo, desde los mojigatos del socialismo dogmático y sectario que hoy lo justifican todo y hasta gustan de ello, convertidos al lopezobradorismo (una especie de López Santanismo alternativo, presentado como “el menos peor”), que funda su poder en un supuesto poder bíblico que le permite callar ante sus profundas contradicciones.

La alternativa que hoy se ofrece es una mezcla de reelección de Antonio López de Santa Anna (pues ya fue presidente legítimo de 2006 a 2012), con Simplicio el Inquisidor contra Galileo, mezclado con el Niño Fidencio, capaz de curarlo todo con su ejemplo y su escoba de Martín de Porres.

Lo cierto es que una derecha que se dice moderna busca el poder presidencial, frente a una derecha religiosa autoritaria y oscurantista que se ha refugiado en lo que se dijo que era la izquierda social.

Desde ahí, todos conspiran contra los derechos y libertades, la soberanía económica y contra el pueblo de México.

Un PRI ultraderechizado, omnipresente y obsoleto, atestigua, los bendice y los encamina…

www.marcorascon.org

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Marco Rascón
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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