Política

Santandeath: El banco que financia la muerte ambiental

Santandeath no es un apodo casual; es el retrato crudo del Banco Santander, el titán financiero que, con su respaldo al Proyecto Saguaro, amenaza con asfixiar el Golfo de California, uno de los tesoros ecológicos más extraordinarios del planeta.

Este plan, orquestado por Mexico Pacific, busca instalar una terminal de gas natural licuado (GNL) en Puerto Libertad, Sonora, y un gasoducto de 800 kilómetros que rasgará la Sierra Madre como una cicatriz imborrable. Si este monstruo se materializa, el "Acuario del Mundo" será su víctima, y Santander, con su chequera manchada de petróleo, será el verdugo que firme la ejecución.

Imagina el Golfo de California: un santuario donde ballenas jorobadas danzan, tortugas marinas navegan y más de 30 especies de cetáceos coexisten en una sinfonía de vida. Ahora imagina buques de 300 metros, rugiendo como bestias de acero, colisionando con estas criaturas y ahogándolas en un caos de ruido y contaminación.

Eso es lo que promete Saguaro, según alertan biólogos marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur. La megaplanta de licuefacción, un coloso 70 veces mayor que el Estadio Azteca, vomitará desechos y alterará un ecosistema que no soporta más agresiones. En tierra, el desierto sonorense, con su belleza austera y su biodiversidad ignorada, será mutilado por un gasoducto que no dejará más que ruinas.

¿Quién hace posible este ecocidio? Santander, un banco que se disfraza de paladín verde mientras clava puñales fósiles en el corazón de la naturaleza. Santander ha financiado desastres ambientales globales —la Amazonía arrasada, los pozos petroleros de Perú, las minas de Brasil— y ahora apunta al Golfo de California.

Su dinero es el combustible de Saguaro, un proyecto que enfrenta cinco juicios de amparo y el rechazo de 215 mil firmas recolectadas por Greenpeace y ¿Ballenas o Gas?. Cuarenta científicos de National Geographic lo han calificado de "catástrofe inminente", pero Santandeath prefiere el tintineo de las ganancias al grito de la ciencia.

La doble cara de Santander es nauseabunda. Se jacta de sostenibilidad, de un futuro renovable, mientras apuntala un proyecto que exportará gas a Asia, dejando a México con las migajas y la devastación. Sin su respaldo, Mexico Pacific sería un gigante con pies de barro, incapaz de avanzar. Pero Santandeath no titubea: su historial demuestra que el lucro pesa más que la vida.

Este no es un error aislado; es un patrón de un banco que convierte ecosistemas en zonas de sacrificio, traicionando cualquier atisbo de responsabilidad climática.

No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras Santandeath escribe el obituario del Golfo. Este banco debe ser obligado a retirar su financiación, a mirarse en el espejo de sus promesas rotas y actuar en consecuencia.

El "Acuario del Mundo" no es negociable: no puede convertirse en un canal de gas ni en un camposanto marino. Si Saguaro triunfa, Santander no solo cargará con la culpa; será el símbolo de cómo el dinero puede comprar la muerte de lo que no tiene precio. Exijamos que Santandeath deje de ser el verdugo y se convierta, por una vez, en un aliado de la vida. El reloj corre, y el Golfo de California no puede esperar.


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Marcela Brown
  • Marcela Brown
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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