Hay momentos en la vida que nos marcan para siempre. Instantes en los que comprendemos que la verdadera grandeza no se mide por los años que pasan, sino por la huella que dejamos en los demás.
Asistir a la Ceremonia de Lealtad del Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey en Tampico fue sin duda, uno de esos momentos que permanecerán grabados en la memoria. Fui invitada gracias a Rodrigo Agatón Navarro Bolado, responsable del área de Talento -Recursos Humanos-, y desde el primer instante supe que se trataba de una celebración única, una de esas que nos recuerdan el poder del compromiso, la pasión y la entrega que construyen una comunidad exitosa.
En medio de un ambiente profundamente emotivo, se reunieron profesores y colaboradores que cumplieron 5, 10, 15, 20, 25, 30 y 35 años de ser parte de una institución considerada entre las más prestigiosas de América Latina.
Durante la ceremonia, los homenajeados celebraron su trayectoria y vocación de servicio acompañados por sus familiares y amigos. La alegría era contagiosa; se respiraba un ambiente de unidad, de familia. Fue un recordatorio de que, detrás de cada logro, hay personas que creen, que acompañan y que celebran con el corazón.
El evento comenzó con un video con el mensaje del Dr. David Garza Salazar, Presidente Ejecutivo del Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey, quien expresó su reconocimiento a todos los homenajeados por su invaluable contribución al crecimiento de la institución.
Posteriormente, el Director General del Campus Tampico, Óscar Alfonso Flores Cano, dirigió unas emotivas palabras en las que agradeció a cada colaborador por su esfuerzo y dedicación a lo largo de los años. Sus palabras resonaron con fuerza: “El Tec es grande por su gente”.
Entre los asistentes también se encontraban Marcela Rodríguez Muro, Directora de Servicios Operativos y Académicos; María Magdalena Ocón Pérez, Directora de la Escuela de Negocios; Zahira Gabriela Cruz Netro, Directora de la Escuela de Ingeniería; Leticia Rodríguez Olivera, Directora de Atracción; María Dolores Álvarez Gutiérrez, Directora de Liderazgo y Formación Estudiantil; Mariano Baltazar Romero, Líder de Tecnologías de la Información y José Javier Mosqueda Gómez, Líder de Tecservices, quienes entregaron reconocimientos, sin embargo, también estuvieron presentes directores y coordinadores de otras áreas como Comunicación, VIVE, Preparatoria y Profesional; todos presentes para aplaudir los logros y reafirmar el espíritu de comunidad que distingue al Tec.
La emoción era palpable. Cada historia, cada rostro y cada aplauso resonaban con la certeza de que el tiempo invertido en el Grupo Educativo es tiempo sembrado en la formación de generaciones y en el fortalecimiento de un legado que trasciende las aulas.
El propósito de esta ceremonia es ir más allá del reconocimiento formal. Busca enaltecer la lealtad, el compromiso, la entrega y la pasión de quienes, con su esfuerzo cotidiano, dan vida a la institución. Porque el paso de cada colaborador por el Tec de Monterrey deja una huella indeleble: la del ejemplo, la del trabajo bien hecho y la de la inspiración que impulsa a los demás a dar siempre lo mejor de sí.
El momento más esperado llegó con la entrega de reconocimientos a quienes, con su labor constante, han dejado una huella profunda en la historia del Campus: con 5 años, José Luis De La Rosa Ramos y Rodrigo Agatón Navarro Bolado; con 10 años, Cristian Tatiana Segura Domínguez, Adriana González Aguirre, Alejandro Emmanuel Alviso Cárdenas, Arantza Dinorah Guerrero Rodríguez, David Ángeles Martínez, Juan Hernández Santiago, Mariana Lam Covarrubias y Diana Pérez Molina; con 15 años, Florencio Hernández Martínez y Humberto Moreno Herrera; con 20 años, Berenice Aradillas Hernández, León Felipe Guevara Chávez, Ma. Dolores Álvarez Gutiérrez, Martín Díaz Mejía y Mónica Hamelius Medrano; con 25 años, Jesús Velázquez Arcos, Juan Gabino Díaz Martínez, Roberto Gómez Tobías y Oscar Alfonso Flores Cano; con 30 años, Roberto Carlos Aguilar Gonzáles; y con 35 años, Bertha Edith Sánchez Galindo, Blanca Elisa Sánchez Tinajero y Jorge Álvarez Ramírez. Cada nombre fue pronunciado con respeto y admiración, cada aplauso fue una muestra del cariño y gratitud que se les tiene.
Gracias a la sinergia, la entrega y el compromiso de personas como ellos, el Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey continúa avanzando con paso firme, reafirmando su liderazgo y su propósito de formar líderes que transformen positivamente a su entorno. El valor de este evento es incalculable, porque detrás de cada meta alcanzada están ellos, los que día a día hacen posible que los objetivos se cumplan y que los sueños de miles de estudiantes tomen forma.
Y es que este honor no se gana sólo con el paso del tiempo. Se conquista con constancia, con visión y con la convicción de que cada día puede ser una oportunidad para transformar vidas. Uno de los aspectos que como profesionista noté es que los años de servicio en la institución no se miden sólo en cifras, sino en la satisfacción de pertenecer a un grupo orgulloso de su labor, un equipo consolidado que avanza en una misma dirección: la del éxito compartido.
Al concluir la ceremonia, quedó claro que el Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey en Tampico no sólo es una institución de prestigio, sino una familia que se fortalece con el tiempo. Y que en sus pasillos no sólo se comparten conocimientos, sino también valores, experiencias y vínculos que perduran. Aquí, la gratitud y el reconocimiento no son gestos aislados, sino la esencia de una comunidad que se sabe afortunada por contar con personas excepcionales.
Ser testigo de este homenaje fue para mí un privilegio. Fue sentir el orgullo de pertenecer, de compartir y de celebrar juntos la fuerza de la lealtad. Porque al final, en el Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey, el tiempo no pasa: se multiplica en logros, en amistad y en la convicción de que cuando se trabaja con el corazón, el legado es eterno.
