“Cualquiera puede cometer plagio y en México no pasa nada”, este fue uno de los comentarios que logré escuchar mientras caminaba por la plaza principal de la ciudad el pasado fin de semana.
Días más tarde y mientras iba rumbo a mi trabajo se escuchaba en un programa de radio una historia similar, la controversia respecto de las tesis de dos diputados quienes cometieron plagio en sus tesis.
Pero, ¿hasta cuándo se podrá regular este tipo de delitos que golpean directamente los derechos de autor? Es necesario iniciar por la formación educativa, espacios donde desde pequeños puedan entender acerca de la gravedad de este asunto que va al alza.
Se sabe de gente dentro de la política que no sólo comete plagio, sino que altera el trabajo de cientos de horas de investigación de un autor y que además no le importa hacerlo público, porque confía en que nadie revisará la documentación que entrega.
Los valores, la integridad y la confianza hoy en día tienen poco peso, el trabajo arduo y las noches en vela de nuestros investigadores en México no se encuentran protegidos debido a este tipo de actos de gente que no tiene escrúpulos.
La credibilidad es un valor importantísimo en el profesional y como periodista, docente y escritora, confío en que a través del tiempo se vayan regulando este tipo de delitos que hoy consideran menores y de los cuales no queda un registro.
Es por eso que invito no solamente a los educadores a revisar cada uno de los trabajos de nuestros alumnos y explicarles las reglas que rompen, sino también a los padres de familia a que hagan equipo y, desde la casa, expongan la gravedad de este problema que es cada vez mayor.
¿Hasta cuando observaremos impunidad en el ejercicio literario a nivel profesional? ¿Cuántos años pasarán para que podamos ver un cambio en nuestras leyes?
¿Por qué los autores deben entrar a una pelea absurda e interminable por culpa de un material que se encuentra debidamente registrado?
Son muchas las preguntas y pocas las respuestas y, mientras más tiempo pase, seguiremos teniendo problemas no solo como autores por temor a que tomen un material propio y lo presenten como original.
Las nuevas tecnologías hoy también son un arma para aquellos que no tienen integridad y que la utilizan de manera negativa, sin importar el trabajo profesional de los demás. ¿Ustedes qué opinan?