No cabe duda que los Juegos Olímpicos son la máxima expresión del deporte.
Se pueden ver atletas que pareciera no son de este planeta, deportistas que hacen fácil lo difícil y otros más que son unos fuera de serie.
En nuestro México lindo y querido, hay buenos deportistas, pero muy malos dirigentes, por lo que esa combinación produce muy poco a la hora de que participan en las competencias y si alguno gana alguna presea, es por mérito propio y no por el apoyo que hayan recibido tanto del Comité Olímpico Mexicano que dirige Mary José Alcalá o por la Comisión Nacional del Deporte, bajo el mando de Ana Guevara.
No cabe duda que muchos deportistas nacionales viajan a las olimpiadas para tratar de hacer su mayor esfuerzo y lograr en un descuido traerse una presea, no importa si la misma es de bronce y no de oro.
Durante la primera semana, los mexicanos celebramos en grande el haber ganado bronce y dos platas, cuando la verdad nos debería dar pena ajena el obtener esos resultados.
Fueron las arqueras que se llevaron el bronce, una judoka la plata y dos clavadistas también conquistaron la plata, lo cual es un gran “logro” para las atletas del contingente mexicano.
Se ha dicho hasta el cansancio que Ana Guevara, quien escondida bajo el disfraz de la Cuarta Transformación, se dedicó según ella a ahorrarle dinero a la Conade, por lo que les quitó becas a los atletas aztecas, dejándolos prácticamente en sin los recursos para poder realizar sus prácticas o bien, para salir a contender en competencias diversas para foguearse.
Pero al final todos tenemos algo de culpa, ya que como mexicanos no exigimos a las autoridades del deporte para que se apliquen y les den el apoyo necesario a nuestros deportistas.
Pero llegan los Juegos Olímpicos y reporteros de televisión, prensa escrita, de los portales, de las plataformas digitales, se acreditan para realizar una cobertura, como si México fuera a ganar arriba de 10 preseas.
No se diga comentaristas de televisión, quienes se sienten el último vaso agua en el desierto, quienes al ver que un atleta azteca ganó una medalla, le dan un seguimiento digno de su logro, pero son tantos los medios de comunicación, que llegan a fastidiar a los deportistas.
Que triste que sean más medios de comunicación los que se ven en París que atletas mexicanos y muchos realmente fueron de paseo, a tomarse fotos con los contadísimos ganadores de medallas.
Ojalá que les den preseas de la mediocridad tanto a Ana Guevara como a Mari José Alcalá.
Walter.juarez@milenio.com