Para atender correctamente a un paciente, un médico debe conocer muy bien los mecanismos de funcionamiento del cuerpo humano, basarse en principios de la fisiología previamente descubiertos.
Para construir un edificio sólido y estable, un ingeniero debe respetar una serie de leyes físicas y realizar cálculos precisos que no violen ningún principio matemático, si no lo hace así su estructura podría colapsarse.
Para resolver un conflicto, un juez debe conocer a fondo y respetar las leyes vigentes, aplicando los principios de la convivencia humana de respeto a los derechos de todos.
Todo profesional, pues, necesita estudiar y aprender a aplicar los principios específicos de su profesión, para ser efectivo en lo que hace.
También existen "Principios de Vida", que debemos conocer y aplicar para "vivir bien": para tener una vida orientada de manera constructiva; gozar de buena salud; superar problemas y dificultades.
Los principios de vida son las creencias y valores fundamentales que guían nuestras acciones y decisiones, ayudándonos a enfrentar los desafíos y a vivir una vida plena y con propósito. Se basan en conceptos como el amor, la educación, el trabajo, el servicio a los demás, la responsabilidad, la honestidad, el respeto y la solidaridad.
Desde los filósofos griegos hasta nuestros días, los pensadores que han estudiado seriamente la búsqueda de las claves del vivir con acierto, se han centrado básicamente en los esfuerzos por asumir ciertos principios y valores como la honestidad, la justicia, la generosidad, el esfuerzo, la paciencia, la humildad, la sencillez, la fidelidad, el valor, la prudencia, la lealtad, la veracidad, etc.
Y no como una cuestión cosmética, sino profunda, que busca cambiar por dentro a la persona, constituir hábitos y rasgos que conformen con hondura el propio carácter.
Es más saludable a largo plazo vivir conforme a principios y valores e incluso estar dispuestos a pagar el precio por nuestra fidelidad a ellos.
Es más gratificante y nos llena de plenitud que nuestro estilo de vida se base en principios y en valores. Somos más plenamente nosotros mismos y nuestra vida tiene una mayor plenitud.
Hay personas que presentan una imagen exterior de cierta categoría personal, e incluso logran un considerable reconocimiento social de sus supuestos talentos, pero en su vida privada carecen de una verdadera calidad humana.
En esos casos, lo normal será que, antes o después, esa mezquindad personal se acabe trasluciendo en su vida social y en todas sus relaciones humanas prolongadas, echando por tierra su vida.
Vale la pena, pues, buscar y estudiar los principios de vida personales para agregar valor a nuestra vida.
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