Las actitudes ante la vida no cambian las condiciones de vida, no cambian la realidad.
Hay un montón de cosas que marchan mal, pero también hay muchas cosas que marchan bien.
Pero podemos decidir hablar de las cosas que van bien, porque nos sentimos mejor cuando hablamos de lo bueno que cuando hablamos de lo malo.
Buscar el lado positivo de las cosas hace sentir mejor a las personas.
De tal manera que la forma en que las personas piensan sobre algo determina el modo en que se sienten acerca de ello, pensar en lo positivo de las cosas hace surgir en las personas sentimientos de bienestar y les proporciona fuerza y energía para enfrentarse a las situaciones difíciles asociadas a la vida familiar, laboral y social.
Fijarse en las cosas buenas y positivas de la vida es una actitud, y como tal, puede ser cultivada y trabajada.
Una actitud positiva ante la vida puede encontrarse, por ejemplo, en los que cuidan familiares enfermos o discapacitados que se esfuerzan por fijarse en lo que todavía puede hacer su familiar, más que en las capacidades que ha perdido.
Estas personas disfrutan con más frecuencia de sentimientos positivos (bienestar, alegría, esperanza...) y afrontan las tareas del cuidado con más ánimo y energía.
Algo sencillo que puede ayudar a cultivar una actitud positiva ante la vida es anotar o hacer listas, periódicamente, de las cosas buenas y hermosas que tiene la vida.
Por ejemplo, escribir cada noche, antes de acostarse, las cosas buenas que el día ha traído. Esta es una especie de estrategia adecuada para las personas que quieren entrenarse en mantener una actitud positiva ante la vida.
El siguiente comentario de una abuela refleja muy bien esta actitud positiva ante la vida: "Hay veces que pienso que no quiero seguir viviendo… Pero entonces me obligo a pensar en mi nieto: ¡Qué niño más precioso y sensible!
Y cómo le queremos todos, por lo maravilloso que es. Pienso que es un don maravilloso que la vida me ha regalado.
Cuando pienso en él, sé que nunca dejaré que los problemas puedan conmigo"
Ciertamente la realidad de la vida y de los acontecimientos están ahí, son una realidad, pero nuestra actitud frente a ellos es la que hace la diferencia, podemos elegir observar el lado oscuro y deprimirnos, o ver el lado luminoso de esa misma realidad y ser optimistas.
Habrá entonces que cultivar una actitud positiva, vale la pena para estar en paz y ser más felices.
luisrey1@prodigy.net.mx
