Incomprensión sobre la
investigación.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología fue creado en 1970, con un presupuesto equivalente al 0.3 del PIB. En todos estos años ha subido 0.1; o sea, el presupuesto de una gran nación para ciencia es ínfimo y, por ende, el valor agregado de sus productos y el número de patentes que produce, es mínimo.
Ese quejido ha sido crónico en la historia de mi vida en el área de ciencias. Y ahora resulta que un organismo que se implementó para apoyar la investigación, a través de un Consejo y que ha logrado lo poco que se ha hecho en el país, está bajo asedio jurídico y la Fiscalía General de la República y el Conacyt tienen a 31 científicos con peligro de ir a la cárcel, donde seguramente van a poder producir mucha ciencia, y mejorar la economía y la productividad del país.
En esas épocas del presidente Luis Echeverría, cuando se fundó el Conacyt, Corea del Sur tenía un presupuesto de aproximadamente .5%, el que rápidamente fue subiendo hasta más del 4% durante todos estos años, amén de darle una alta jerarquía a la educación, en todos sus niveles, y a la investigación, a la tecnología y a la productividad.
A partir de ahí esta nación se empezó a significar, en forma extraordinaria, a nivel internacional, debido al alto valor agregado de sus patentes y al incremento enorme en el nivel educativo y tecnológico. Así, en esa forma, el producto de Corea del Sur, que era parecido al de México, subió hasta ser ahora parecido al de los Estados Unidos, que son campeones de la generación de patentes y que es la economía más poderosa del mundo.
Estos logros del país asiático se dan a pesar de que China, con educación, ciencia y tecnología, está “pisándole los talones” permanentemente, porque ese país, que es una dictadura de origen socialista, pero de práctica de libre economía, sabe que solo así se pudo lograr el milagro coreano, que ahora ya lo vemos en todas las áreas del conocimiento moderno, con productos de enorme calidad, gran cantidad de exportación y por supuesto poco interés político, pero mucha fortaleza educativa. Y ahora este país del Oriente es ejemplo y es envidia de la comunidad internacional por la calidad de sus productos y sus logros en ciencia, tecnología y la infraestructura educativa que ha logrado.
En este panorama sintético, no comprendo cómo un grupo de científicos que formaron un Consejo para apoyar a la ciencia y, por ende, recibieron un presupuesto, ahora están siendo acusados de un delito, por el uso de su proyecto para la investigación. Igual, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) está permanentemente bajo asedio y va perdiendo la carrera que tenía para el respeto y la jerarquía a nuestro país que cada día, si no fuera por los Estados Unidos y el T-MEC, estaríamos en pleno declive económico, como lo estamos, pero a mayor magnitud.
Descartes: Pienso, luego existo… No comprendo a la Fiscalía General de la República y al Conacyt; cómo es que están acusando a su propia gente y cómo están inconscientes de su importancia para el progreso de México, cuyos gobernantes última y cotidianamente se dedican mucho más a los temas del poder, que a los de la ciencia y la educación.
Luis Eugenio Todd
luisetodd@yahoo.com