La astrofotografía captada y publicada por Manuel (“Su Servilleta”) en su página Face:
“La nebulosa de los renacuajos”, astronómicamente conocida como IC410, atrapó mi atención en cuanto la vi y aunque no pude compartir su pareidolia estelar, pues por más que le di vueltas no pude ver la cara del simio deforme, sí logré ubicar los renacuajos que justifican su nombre coloquial.
Ya con la imagen ampliada en una pantalla mayor y luego de leer un par de veces el texto, con datos y referencias astronómicas hábilmente simplificadas por “Su Servilleta”, para un mejor entendimiento de quienes somos legos en el tema, decidí renunciar a tratar de comprender con mi corteza cerebral, (esa que es con la que pensamos y razonamos según dicen los neurólogos ) la dimensión de datos e imágenes que veía en la pantalla, y opté por dejar que las áreas subcorticales, ahí donde se da el instinto, la memoria y las emociones, me ayudaran a asimilar lo que de otro modo no alcanzaría a comprender, pues aunque sé poco, se que algunas nebulosas suelen ser las incubadoras de nuevas estrellas o tumbas de otras ya reducidas a polvo cósmico.
Ya metido en esta forma de percepción y con la imagen a pantalla completa, mirando el insondable claro oscuro en el que existen millones de soles que quizá den vida a planetas y vidas como la nuestra, donde también cabe la posibilidad de que ya hayan desaparecido y solo nos continúe llegando la luz que una vez emitieron, me dije; es una ventana a la eternidad, es un retrato del infinito.
Eternidad e infinito son por ahora solo constructos que nos inventamos para tratar de aprehender algo qué, es inaprehensible para nuestra mente y su capacidad de conocimiento, dada nuestra finita y en términos siderales efímera existencia.
Por mucho que la tecnología y la ciencia intenten explicar el misterio del universo solo nos dan verdades a medias, “mientras se demuestre lo contrario”.
La eternidad es infinita y el infinito es eterno, y mientras no se demuestre lo contrario, la astrofotografía de “Su Servilleta”, seguirá siendo una ventana a la eternidad.