La semana pasada planteábamos que cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor.
Considero que en los momentos que estamos viviendo, este adagio tiene una gran contundencia.
Estamos quizá frente a la crisis más severa en los últimos 100 años, y los que nacimos en México en los años 50’s somos expertos en crisis, ya que a lo largo de toda nuestra vida productiva y profesional México ha vivido momentos sumamente complicados, tanto económicamente, como con dos grandes sismos que dejaron una cicatriz que es aún visible en la Ciudad de México.
En esta crisis económica, incrementada severamente por la pandemia del COVID-19, se presentan elementos adicionales, que nos ponen en condiciones de mayor vulnerabilidad aún.
Nos referimos a un país sin rumbo, sin liderazgo, con un gobierno federal empeñado en ideologías obsoletas e ineptitudes mayúsculas, desenfocado y lleno de errores.
La desarticulación que se ha hecho durante el primer año de gobierno, de diferentes instituciones que soportaban la compleja operación burocrática de un país como el nuestro, ya está pasando facturas que desafortunadamente están pagando las clases más necesitadas. La falta de oficio, de estructura, de enfoque y de resultados reales, nos conducen a un precipicio del cual va a ser muy complicado salir en muchos años.
Es primordial que el sector empresarial organizado empiece a estructurar un andamiaje de unidad entre todos los sectores sociales, ante la falta de cohesión por parte de un gobierno que insiste en promover la confrontación y la descalificación del sector productivo.
La sociedad mexicana ha dado innumerables muestras, no solo de enorme solidaridad frente a las tragedias, sino también ha demostrado su gran capacidad de unirse y trabajar juntos, al tratarse de temas que nos afectan a todos.
Requerimos de un gran esfuerzo colectivo, para enfocarnos en lo verdaderamente urgente, para no distraernos de lo esencial; se tiene que concretar la ayuda para las micro, pequeñas y medianas empresas, no a través de planes y discursos, se tienen que destinar ya, recursos contantes y sonantes. _