¿Será posible una fuerza más persuasiva que lo habitual al deber? Hay un imán que nos lleva a otros campos magnéticos, que nos seduce a perdernos en libros, caminos, sabores.
Por mencionar algunos placeres, usted, amable lector, piense en una motivación desbocada, personal, íntima. Nadie lo va a cuestionar, solo imagine y disfrute.
Cuando leemos somos como un centauro y a galope, soltamos la realidad para extraviarnos y ser uno con la historia. El interés es más profundo cuando sabemos que hay hechos trágicos envueltos en la escena.
Este año será dedicado a Felipe Carrillo Puerto, considerado el Apóstol de la raza. Fue un adelantado de su tiempo, instauró una serie de reformas sin tener miedo a lo socialista, por eso también le llamarón el dragón rojo.
Fundó la Universidad de Yucatán, la academia de la Lengua Maya. Reconoció los derechos políticos de la mujer, para votar y ser votadas.
En 1922 ganó las elecciones de gobernador por el Partido Socialista del Sureste.
Indisoluble la canción de Peregrina y Felipe Carrillo Puerto, dedicada a su gran amor Alma Reed. El trío de la trova, rasga las notas, los ojos se nublan. Hay una nostalgia entre la música y la letra que toca lo intangible.
Elena Poniatowska dice que es una de las historias de amor y entrega más apasionantes del siglo XX mexicano. Para vivir ese idilio hay que leer el libro de Peregrina.
El manuscrito es la autobiografía de su autora, estuvo perdido por casi 50 años. Fue encontrado en un departamento abandonado de la Ciudad de México.
Michael K. Shuessler en 1992 escuchó por primera vez el nombre de Alma Reed, en la recepción del Gran Hotel de Mérida, donde el tiempo parece estacionado.
Él encontró las memorias, y la correspondencia. Editó el libro y está dedicado a ella y a las mujeres norteamericanas que han contribuido a la vida y cultura posrevolucionaria de México y permanecen en el olvido.
Las vidas de Carrillo Puerto y Alma Reed son fascinantes, se encontraron sin buscarse, se admiraron, por sus ideales, por su lucha contra lo injusto, la explotación.
Él fue asesinado, y cuatro de sus hermanos, en el panteón de Mérida; ella pidió que sus restos estuvieran frente a la tumba del Abraham Lincoln del Mayab.
Los tradicionalistas inútilmente trataron de borrar su historia, el amor es indeleble. Carpe diem.