¿Cuál milagro para este diciembre? Afuera la humedad intensifica el verde, los charcos reflejan el paso de los días, las gotas aún tintinean sobre un techo de lámina. Dentro una luz encendida, es el cirio que acompaña la oración. Los danzantes con sus sonajas van y regresan, unos calzan tenis, me asombro de su vestimenta sencilla, modesta, sin embargo, es su ritmo, la fe en movimiento, su danza para nuestra madre Tonantzin- Guadalupe, la que imanta y llena de gozo.
Con pies descalzos, o ataviados con finas sedas, el templo congrega la voz universal que pide y agradece. Son momentos de limpiar nuestro cuerpo y espíritu con una nueva fragancia, a renovar la tierra para que germine la misericordia, la empatía y brote el Amor que sostiene tantos rincones de dolor. Este mes puede ser una oportunidad de purificación, dejar fluir el agua estancada, que se lleve la melancolía, los estereotipos añejos, el hambre, la avaricia.
Dejemos libre el río caudaloso que va con nosotros y se desborde, soltemos las amarras de lo superfluo, no somos olas sino un océano de posibilidades, lo que no aporta se quita para abrir el espacio a lo nuevo, como el jardinero que arranca la hierba mala para que las nuevas flores expandan su belleza.
En las mezquitas hay fuentes para lavarse los pies y entrar limpios, metafóricamente, simbolismos de religiones que pueden ser ejemplo para nuestras ideas y circunstancias cotidianas. Cuando cerramos la ventana de la noche, al otro día, al amanecer ¿No despertamos a otra oportunidad de vida?
Seamos honestos, enero nos espera para seguir en la misma actitud de egoísmo e indiferencia personal o realmente iremos ligeros para ir reconstruyendo una nueva senda de paz.
Ahora que vamos a escribir listas de compras, regalos, lo necesario para arreglar su casa, incluya algo personal, haga una lista de cambios, tal vez, esta ocasión si funcione, y logre mirar con intensidad las estrellas, tome la mano de su madre, de la hija, del amado, en su mirada están reflejadas las necesidades, las esperanzas y todo el Amor que la humanidad necesita.
Es tiempo de nacimientos y festejos, celebremos a Tonantzin-Guadalupe, pidamos salud y paz para nuestra honda raíz mexicana.
Carpe diem.
