El 23 de junio de este año, los ciudadanos del Reino Unido decidirán si desean permanecer en la Unión Europea o abandonarla. Las campañas por el “Sí” y por el “No” se encuentran en su apogeo. El primer ministro, David Cameron, trata de convencer a sus compatriotas de las bondades de quedarse. Pero no todos los miembros de su partido lo respaldan. De menos una tercera parte de los diputados conservadores votará por abandonar la Unión, y, con ello, contra el líder de su propio partido. Siete de los treinta miembros de su gabinete, entre ellos el ministro de justicia y el del trabajo, también favorecen el Brexit (abreviatura de British exit, “salida británica”).
A menos de un mes para que se lleven a cabo las elecciones, las encuestas señalan un empate técnico: 49 por ciento de la población apoya la idea de abandonar la Unión y 51 por ciento la de quedarse. Aunque en el Reino Unido es común que las encuestas no auguren los resultados. Así que al gobierno le queda un poco más de tres semanas para convencer al pueblo de las ventajas de permanecer en la Unión Europea, que ahora agrupa a 28 países.
La estrategia de Cameron implica señalar que, en caso de que Gran Bretaña abandone la Unión, el presidente ruso Vladimir Putin y el Estado Islámico se verán beneficiados. Verdaderas amenazas para la opinión pública inglesa. Además, el gobierno tendría que renegociar una gran cantidad de tratados, incluso uno nuevo con la misma Unión Europea.
Pero, ¿cuáles son los motivos por los que los británicos desean abandonar la prestigiada Unión? Buena parte de la opinión pública inglesa cree que la Unión Europea debe limitarse a promover el libre mercado, es decir, a garantizar una zona de libre comercio en Europa. La burocracia europea les parece excesiva, cara y sin sentido. Considera que el crecimiento económico de la isla, que ha sido muy reducido en los últimos años, se ha visto frenado por las directivas europeas que buscan proteger el medio ambiente o la salud de los consumidores. Además, es de la opinión que la política comunitaria interviene en cuestiones que deben ser exclusivamente del ámbito de las decisiones nacionales. Para muchos ingleses, la Unión Europea es un aparato burocrático innecesario, que carece de sustento democrático y de los mecanismos de legitimación de los estados nacionales.
La situación del primer ministro, David Cameron, es bastante difícil. Las ventajas que negoció con la Unión Europea para su país en meses pasados, que debían contribuir a aumentar el entusiasmo europeo de los ingleses, fueron consideradas insuficientes. La principal ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, amenaza con realizar un segundo referendo sobre la independencia de Escocia, en caso de que los británicos abandonen la Unión (Escocia recibe 900 millones de euros de los fondos de apoyo por parte de la UE).Y la credibilidad de Cameron se vio seriamente afectada cuando su nombre y el de su padre salieron implicados en el escándalo de los “Papeles de Panamá”. Además, los principales diarios del país el Daily Mail, el Sun, el Times y hasta el Daily Telegraph apoyan con mayor o menor fuerza el Brexit.
¿Quiénes apoyan la salida de Reino Unido? En primer lugar, las capas sociales de más bajos ingresos, así como los ricos conservadores del sudeste de Inglaterra. Tanto los viejos nacionalistas como aquellos que se sienten desfavorecidos han cultivado desde hace mucho tiempo un fuerte enojo hacia Bruselas. Partidos de derecha, como el UKIP –antieuropeo, xenófobo, homofóbico y antiinmigración–, liderado por Nigel Farage, encuentran aquí sus bases electorales.
El Brexit logró colocarse en el centro de la opinión pública inglesa, ante el temor de muchos británicos de que la Unión Europea obligara a su país a acoger un mayor número de refugiados de los que está dispuesto a recibir. Muchos ingleses tampoco están de acuerdo en que dinero europeo se destine a salvar bancos privados o nacionales o a países que no aceptan políticas de austeridad.
Pero, la industria del Reino Unido advierte de los efectos nocivos que tendría el Brexit para la economía del Reino Unido. Especialmente afectado se vería el mercado financiero, que en Gran Bretaña contribuye con el 12 por ciento del crecimiento económico. Los bancos y las compañías de seguros tendrían problemas para reclutar trabajadores provenientes de otros países. (La Unión Europea permite el libre tránsito de trabajadores).
Además, con el Brexit el Reino Unido vería disminuido su papel en el ámbito internacional. El país solo no tendría la importancia que tiene una organización que coordina las políticas de 28 países. El mismo presidente Obama les hizo ver, en su reciente visita, que en la lucha contra el terrorismo, el desempleo, o el fortalecimiento de la economía, los ingleses pueden contribuir de mejor manera dentro de la Unión que por sí solos.
La salida del Reino Unido podría desencadenar una reacción en otros países. En Holanda, según una encuesta, la mayoría de los electores exigen un referendo similar al británico. En Suecia las voces que exigen abandonar la unión se multiplican. Lo mismo ocurre en la República Checa. Por ello, es sumamente importante lo que ahora ocurre en la isla británica.