Estilo

Guasón

Estuve guiándome, a través de la historia reciente, de cuántas versiones ha tenido El Guasón del clásico Batman. Son muchas: no infinitas, pero bastantes. Algo que comenzó como una tira cómica se convirtió en el héroe mundial junto a otros más, contemporáneos suyos. El hombre murciélago fue creado por los estadounidenses Bob Kane y Bill Finger. Vive en una gótica ciudad y cuenta con poderes sobrehumanos.

Quién más ha estudiado la historia del cómic lo ha sido Umberto Eco, de manera si se quiere tangencial, en “Apocalípticos e integrados”. El hombre requiere siempre de la figura divina y de la figura mágica, poderosa. Es común que el bien “lo sabemos” triunfe sobre el mal. Pero las sociedades cambian y los hombres también.

He repasado entonces las versiones que del Guasón nos da el tiempo.

Batman cumple exactamente 80 años y sigue casi igual. Un personaje así no envejece porque no se lo permite su condición de súper hombre. Que se mueran los feos, dice la vieja canción.

De entre todos los personajes secundarios sobresale El Joker, el payaso maldito, el temible, tan terrorífico como el de “It” de S. King. Razones de espacio me impiden mencionar a más. El Joker representa al enemigo malo, a la ponzoña.

Recurrí a los expedientes y encontré al representado no hace tanto por Jack Nicholson. Es divertido en momentos. Sabe reír.

Estoy convencido (quizá por eso escribo esto) que no había visto un Guasón más humano que el que el actual, el que está aún exitosamente en cartelera. Una película de Todd Phillips con la enorme actuación de Joaquín Phoenix y de Robert de Niro.

El Joker humano -o bien lleno de las penurias del humano- que despliega sus traumas y sufrimientos cuidando de una madre que (lo descubre y le duele) lo ha adoptado, que se transfigura en un payaso que viaja en el metro y que ríe compulsivo debido a un “desorden” mental. Véase: entrecomillo “desorden”, un Joker al que no lo rodean (por vez primera) ni siquiera los personajes centrales del cómic original.

Ése es el que llora, maldice y mata en una sociedad perversa que ha dejado lo humano en la otra orilla. No es el villano al que estábamos acostumbrados. Es el solitario, el que se inculpa en público de haber asesinado y el que, al final, asesina ante los monitores de la televisión. El Joker que mejor caracterizado he visto, el que asesina en una insensible sociedad.

Un Joker que ama de un modo distinto, harto de tanto miedo, aburrido de la persecución sin ser un paranoico. No es el villano que tenemos la costumbre de ver. En alguno de esos momentos del argumento hay un espacio para la compasión. Pero sólo es El Joker, un payaso que el personaje que encarna de Niro bautiza como Guasón. El Joker más humano que alguien haya visto.

@coleoptero55

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Juan Gerardo Sampedro
  • Juan Gerardo Sampedro
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