Más allá de su libertad de expresión, el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, demuestra no capiscar el leitmotiv del empoderamiento de la Cuarta Transformación, cuestionándola desde una visión neoliberal que solamente benefició a la élite mexicana y generó mayor desigualdad en el pueblo, que llevó y mantiene en el poder a Morena desde 2018.
Lo hizo durante el gobierno de López Obrador y ahora lo hace en el arranque del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien llega con altos niveles de aprobación a los primeros 100 días de su mandato.
Zedillo participó en un foro organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, cuna de la tecnocracia neoliberal que gobernó al país entre 1988 y 2018, en donde su filípica la enderezó una vez más, contra un gobierno que tiene el respaldo popular más alto en la historia del país.
Se lo comentamos la semana pasada en este espacio, el Latinobarómetro 2024 recaba una aprobación de 75% para el gobierno mexicano, superior a la de Fox, Calderón y Peña Nieto.
Aprobación semejante cosecha la presidenta Sheinbaum Pardo, al llegar a los primeros 100 días de su gobierno: 78% (El Financiero), 76% (Polls.mx), 80% (Enkoll), 80% (Demotecnia), 77% (Buendía y Márquez), 71% (Heraldo de México) y 73% (Statistical Research Corporation).
La visión neoliberal de la crítica zedillista, se estrella contra la voluntad popular predominante, que hoy se encuentra más satisfecha que nunca con la democracia mexicana: 50% en 2024 contra solamente el 22% que marcó el Latinobarómetro en el primer año de Zedillo (1995).
Junto con pegado, el panegírico neoliberal de Zedillo resulta anticlimático, en un país en donde el pueblo confía en su gobierno (52%), en su presidencia (67%) y que percibe un futuro económico mejor (59%).
Un pueblo en donde, el 39% considera justa la distribución de la riqueza, contra el pírrico 7% que el Latinobarómetro retrató en 1995.
Insisto, peroratas como las del ex presidente Zedillo, hermanadas con las del bloque opositor y sus intelectuales orgánicos, navegan a contracorriente del pensamiento mayoritario del pueblo mexicano.
Que hoy respalda abrumadoramente a la presidenta Sheinbaum Pardo, para construir la segunda parte de la 4T.